30 agosto, 2006



Suso de Toro y el arcano de la identidad
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Pie de foto.-Suso de Toro en compañía de su progenitor A y su progenitor B ante la puerta tapiada de la casa de su abuelo Faustino. Una imagen de esas que le llevan a un intelectual a preguntarse por las cosas trascendentes de la vida: ¿Quiénes venimos?¿De dónde vamos?¿A dónde somos?
Lo que tiene en la mano el escritor es un paraguas.
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El lunes, 21 de agosto, Suso de Toro escribía una carta al director de ABC, que teminaba con una paráfrasis de la Zarza del Sinaí: "Sólo soy el que soy". Ayer trataba de aclarar tan críptica afirmación, describiendo en El País un viaje iniciático a las fuentes de su identidad. Y cuenta que hace ya cuatro años escribió en un cuaderno: "¿Y vosotros quién decís que soy yo?" Y explica: "Es Cristo, dirigiéndose a los apóstoles".
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Luego cuenta que, habiendo llegado a Toro, empezó a interrogarse por su apellido y que fue a la Oficina de Información a que le dieran una explicación sobre él mismo:
"comprendí que era absurdo. Absurdo preguntarle por mi apellido
a una chica contratada por un par de meses. Absurdo preguntarle por mi familia,
por mis orígenes, por mi identidad. Absurdo preguntarle quién era
yo".
En esto no andaba descaminado, el hombre: Y si usted no lo sabe, ¿cómo quiere que se lo diga yo, que soy becaria?, le respondería la moza, cargada de razón.
Más adelante remonta hacia los origenes:
"Mi padre nació en Formariz de Sayago, provincia de Zamora y llegó a
Santiago como soldado reenganchado en los años cuarenta".
¿Tenía el ejército de Franco soldados profesionales? ¿era lo que en el argot cuartelero se llamaba "un chusquero", un cabo o suboficial que, procedente de la clase de tropa, se quedaba en el Ejército al final del servicio militar? ¿ha degradado piadosamente Suso a su padre para salvar su memoria histórica?
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Algún día lo escribirá todo y entonces sabrá quién es, escribe. 'Buscando a Faustino' se llamará probablemente el libro, una feliz coincidencia. Faustino se llamaba también el abuelo franquista del presidente del Gobierno. Ya saben que estas cosas unen mucho.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando yo era soldado no profesional, un conscripto de esos que, lamentablemente, Aznar hizo desaparecer, habían pasado treinta y tantos años del reenganche del soldado De Toro (padre). El sueldo que teníamos los milicos de a pie -en mis tiempos de fiel infante- era de unos veinte duros al mes, con los que nos pagábamos unos cuatro desayunos con churros en Madrid. Por suerte, estaba soltero en aquellos tiempos y no tenía que alimentar a una familia como la del señor Toro (padre). Me pregunto cuánto cobraría un soldado en los tiempos en que se reenganchó el señor Toro (padre) en la milicia si lo hubiera hecho de soldado. De ser así no me extraña que se reenganchara en Intendencia.

Anónimo dijo...

Algún día lo escribirá, dice el señor González. La pregunta es si Suso de Todo tardará en hacerlo tanto como Gunter Grass. Es que hay algunos pasados que cuando se explican son ya lejanísimos.

Argantonio dijo...

jajajaja, ahora resulta que Suso de Toro se llama de Toro porque su familia supuestamente era de Toro. Como las murallas de Ávila que se llaman de Ávila porque son de Ávila...

(¿Y no será que a Suso lo que verdaderamente le hubiera gustado era haber nacido Juan Rulfo? "Vine a Toro porque me dijeron que acá vivía mi abuelo Faustino, cabo chusquero de las hordas fascistas...". Lo digo sobre todo por los fantasmas)

Anónimo dijo...

De Sayago. De manera que Suso de Toro es de origen sayagués. Pues al pobre hombre le van a caer más bromas maliciosas, porque el sayagués tiene su historia en el rico acervo folclórico español. En el teatro del Siglo de Oro, el tipo del palurdo que metía continuamente la pata y era objeto de todas las chanzas estaba identificado con el sayagués. Tanto se extendió la costumbre, que acabó llamándose "sayagués" a una especie de habla dialectal o de jerga rústica que se ponía en boca de esta clase de personajes para regocijo general.

Anónimo dijo...

Hoy, Suso de Toro, vuelve a escribir una carta al director de ABC para negar la anécdota contada por Fraga en su entrevista del domingo pasado:

"el señor Suso de Toro pidió verme cuando yo era presidente de la Xunta. Le invité a cenar y me dijo que él y un grupo necesitaban mucho dinero para hacer una nueva política cultural para Galicia. Cuando le pedí que me enviaran un proyecto, él me contestó que no. "Usted nos da el dinero y luego se verácomo se invierte"... Por lo visto ya encontró quien les dio ese dinero."

Esto es lo que dice Suso que dijo Fraga:

..."Y lo hace para acusarme de pedirle dinero para lucrarme (...) solamente puedo decir que es una mentira."

¿Qué es una mentira: que él llamara a Fraga, que Fraga le invitó a cenar, que durante la cena le pidiera dinero o que ese dinero lo quería para lucrarse?

Como puede verse en los textos, la última opción puede ser mentira, pero es una mentira de Suso de Toro, que pone en boca de Fraga cosas que no ha dicho.

Anónimo dijo...

Es decir, jmr, para entendernos, que Suso de Toro es como oriundo de Lepe...

Anónimo dijo...

Lo acojonante no es que el payaso de Suso del Toro quiera contar su vida. Lo grave es que un periódico que en su día quiso ser respetable le dé ocasión e insulte a quienes aun lo compran.

Anónimo dijo...

... Y cuando Susiño vuelva, furtivamente, para derribar esa puerta y ver lo que hay detrás, descubrirá el gran secreto: Lo mismo que en su cabeza, NADA. Y lo contará, perded cuidado. Unas 700 páginas.

Anónimo dijo...

¿Cuánta imbecilidad, ¡Dios Mío!, podrá caber en 700 páginas de nada, cuando Susiño se ponga a la tarea.

Anónimo dijo...

Suso Ternera escribe "enfermo de literatura":
"Una zona de sombras, el lugar de mi apellido, De Toro, el que nos dio el padre de mi padre."

Y más adelante:

"Una investigación del (sic) hombre que había dado el apellido a mi padre, que se lo dio a sus hijos".

Hay una obsesión con el abuelo De Toro, el creador de la dinastía, como si no hubiera un bisabuelo de Toro, que hubiera recibido el apellido del tatarabuelo, antes de transmitírselo al abuelo Faustino de Toro.

Don Santiago ha escrito algo sobre la complicidad de los abuelos y alguien le ha secundado por ahí. Creo que se equivocan. Suso también se equivoca. Si quiere seguir al líder máximo, no debe investigar al abuelo que le transmitió el apellido, sino al otro.

Anónimo dijo...

Suso, hijo, ¡qué suerte tienes! Toro, Zamora. Pero yo, ¿por dónde empiezo, por la del Pas o por la del Genil?

Anónimo dijo...

Leo la carta que Suso del Toro ha enviado al ABC, y que hoy publica el diario en su sección de cartas al director. Imagino que el periódico reproduce tal cual el escrito, me refiero a las numerosas faltas de ortografía. ¿Y este señor escribe libros? ¡Pobre del que debo corregirlos! Por cierto, qué expresiones tan raras utiliza.

Anónimo dijo...

Fecunda y elegante eulalia, mucho me temo que se trata de otro maligno ardid de nuestro director Zarzalejos que ha metamorfosizado la carta del amigo Suso para dejarlo de ágrafo para abajo. Queda poco para que la redacción del ABC se rebele contra su yugo.

Anónimo dijo...

Me confunde lo de fecunda, y no digamos ya lo de elegante..... Y sí, queda poco, menos de lo que algunos piensan, no sé si para que la redacción se rebele, porque no veo a los chicos del ABC rebelándose, para que el año nuevo traiga cambios.

Anónimo dijo...

Si este artículo lo hubiera escrito un estudiante de primer curso de periodismo, habría que advertirle que iba a tener un pobre futuro en la profesión. Pero que esté firmada por un asesor presidencial... A que va a ser eso... Además ya lo dice él mismo; se siente"enfermo de literatura". ¡Aggg!

Anónimo dijo...

C-7; Que vamos a ser doce.