13 mayo, 2008

La oposición se autorregula y el Gobierno se vuelca en la política internacional

En vista de que todo el Partido Popular se halla enfrascado en la organización del congreso de junio, quemando etapas sin prisas y sin pausas, (tal como se muestra en la imagen) y ante la falta de tajo en el interior, el Gobierno ha decidido volcarse en los asuntos de la política internacional.

Es el gran momento de Zapatero, que antes han vivido todos los presidentes que han repetido legislatura en el cargo: Suárez, Felipe González, Aznar. Disimularon durante la primera legislatura con las cuestiones domésticas, pero en la segunda descubrieron que los traductores podían suplir la falta de idiomas y ya no hubo manera de pararlos como estadistas.

El presidente Rodríguez Zapatero no va a romper la regla. Ayer, tras reunirse con uno de nuestros más firmes aliados en el panorama internacional, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, explicó la política española en términos difícilmente discutibles:

"No es fácil opinar sobre el PP"

Zapatero ha eludido hoy opinar sobre la situación que atraviesa el PP y sobre el futuro del principal partido de la oposición porque, ha asegurado, "son tantas las cosas que pasan cada día" que "no es fácil" y ha añadido que "cualquier opinión puede ser desmentida al día siguiente".
Nunca había compartido este blogmaster una perplejidad presidencial como hoy. Tiene razón. Quizá por eso, y para impedir que el espectáculo decaiga, se dedica a recibir a nuestros aliados naturales, como su homólogo ecuatoriano, sobre quien puso la mano en el fuego en lo que toca a sus relaciones con la guerrilla narcotraficante de las FARC.

Mientras, la vicepresidenta visitaba Níger, no sólo para horrorizarse junto a un empresario polígamo, tal como decíamos ayer, y ver cómo su vehículo oficial se atascaba en el barro en las cercanías de Niamey, la capital nigerina. No hay mal que por bien no venga. El atasco vicepresidencial se transformó en ocasión práctica para el desarrollo de estrategias concretas de cooperación y solidaridad, según muestran los miembros del equipo de seguridad.

A veces, en El País

Enric González, un excelente periodista de la casa, sentencia hoy en su columna, Cosa de dos, el tenebroso asunto de la vicepresidenta y el polígamo -¿o era el polígono?- con un artículo impecable e implacable: Machismo.


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