Zapatero en Galapagar: "El gran partido liberal
en España es también el Partido Socialista"

Apareció en la cubierta de este blog hace tres meses, pero es el que mejor explica el titular que al tema de hoy le ponía Libertad Digital. Durante su charla, Zapatero dijo que una ley como la española es la que los partidos de derecha europeos, liberales y así, han aprobado hace 15 años. Reparen en que cuando se tiene razón, se tiene razón. Mientras esperamos a que se abra un debate serio y veamos la legislación comparada en términos rigurosos, ya podemos adelantar que Zapatero tiene razón: si las leyes son parecidas a la que trama la Ministeria, por eso. Si no hubiera ninguna, porque seremos pioneros en la extensión de los derechos de las adolescentes, el derecho a abortar sin la injerencia de los papás.

Ayer, domingo, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE inauguró la Escuela de Verano Jaime Vera. Rodeado de chicos y chicas, opinó sobre esto y aquello: la economía, la central de Garoña, la crisis del CNI, el pacifismo y, por supuesto, el aborto.

Debo confesar que soy un apasionado seguidor de los argumentos con los que el Gobierno defiende su posición; particularmente en este asunto, aunque también en otros. Con el socialismo realmente gobernante me ocurre una cosa muy rara: aun estando de acuerdo en términos generales con algunos de sus fines, la perversión de sus medios, del camino para llegar y, sobre todo, de sus razonamientos, me hacen disentir también en esos casos.

En el caso del aborto, pongamos por caso, soy partidario de una ley de plazos que despenalice el aborto en las primeras semanas de la gestación, pero consideración de que abortar es un derecho es una cuestión diferente. Un derecho de una persona implica un deber para otra, en este caso para los médicos de la Seguridad Social. ¿Cómo va a contemplar la ley el caso de los médicos a quienes sus convicciones religiosas les impidan practicar abortos?¿Estarán obligados a cumplir la ley?¿Por qué la moral socialdemócrata era tan defensora de la objeción de conciencia cuando estaba vigente el servicio militar obligatorio y no la quiere admitir en este caso?

Creo como todo el mundo, supongo, que cualquier criatura estará mejor adoptada por una pareja homosexual, que por una heterosexual, si ésta es como la formada por Ana Mª Cano, madre de la niña Alba, y su compañero, Francisco Javier Pérez Espinosa, que la golpeó hasta dejarla en estado de coma. Esta obviedad, sin embargo, no basta pra hablar del "derecho a la adopción", ni de los homosexuales, ni de los heteros. El único sujeto de derechos en este caso es, evidentemente, el niño.

No hablemos, naturalmente, de la escasa capacitación intelectual y la falta de conocimiento de la ministra encargada por Zapatero de elaborar la Ley ("un feto de 13 semanas es un ser vivo, pero no es un ser humano"). Hablemos, en cambio de las conviccioenes de Zapatero en torno al tema. Cabe la posibilidad de que no tuviera una reflexión previa sobre el asunto y se vaya imponiendo en el tema con los que le cuenta Bibiana Aído. El caso es que ayer, en Galapagar, habló sobre el aborto y puso a su hija mayor, de 15 años, como ejemplo, en el caso de que dentro de un año decidiera abortar:

"La verdad es que me gustaría que me consultara, como es lógico. Siento que esa preferencia por que me consulte es fruto de la confianza que debe haber entre padres e hijas y la tenemos que ganar fundamentalmente los padres. Pero, en última instancia la decisión debe ser de quien decide interrumpir voluntariamente su embarazo".

Hombre, presidente, entenderle, se le entiende. Yo tengo un hijo de once, y si dentro de cinco, decidiera esnifar cocaína, también me gustaría que me lo consultara, pero no entendería que si fuera sorprendido por un agente de la autoridad más o menos competente, no nos fuera comunicado el hecho a su madre y a mí. No puedo entender que el Estado ejerza el papel de alcahueta, en plan: no te preocupes que no se lo contaré a mamá.

El asunto parte de una visión tan pervertida de la realidad que considera como único supuesto el de una adolescente libre y consciente (algo distraída también, nadie es perfecta) que, una vez embarazada en alegre botellón, decide enmendar el yerro, pero teme contárselo a sus padres del PP, porque considera que han hecho voto inquebrantable de obediencia a Rouco Varela y la obligarán a parir, aunque eso le arruine sus estudios, el futuro, la vida. No contempla el caso contrario, bastante más probable, ni qué argumento puede obligar a los padres de una adolescente a hacerse cargo de la manutención de su nieto no deseado, hasta que la madre sea una persona adulta y capaz de ganarse la vida por sí misma. Obligar a abortar a una adolescente contra sus deseos no es la mejor base para que le relación paterno-filial se desarrolle con armonía, al igual que obligarla a tener un hijo que ella no quiere.

Por eso, el presidente debería consultar esto con gente adulta -e inteligente, claro-antes de decir simplezas y considerar que cualquier solución a este conflicto no puede pasar de ninguna de las maneras por evitar a las niñas el apuro de contarlo en casa, con el Estado en el papel de cómplice guay.