La polémica de Merkel

El diario El País publica hoy dos editoriales interesantes: el primero de ellos, bajo el título "Merkel también" critica que a su entender, la canciller alemana se haya sumado a la ola de populismo que estigmatiza a los musulmanes, "trabajadores extranjeros de origen o credo musulmán, convertidos en chivos expiatorios por las fuerzas populistas que amenazan a los partidos tradicionales". Al parecer, la libertad religiosa está amenazada por el fenómeno del Tea Party  cuyo influjo populista en las declaraciones Angela Merkel debería hacer encenderse las señales de alarma.

En el segundo, 'Crímenes machistas' se viene a reconocer algo que era un clamor en el mismo memento de la aprobación de la Ley contra la Violencia de Género. Tal vez ya entonces, antes de las cifras de este año empezaba a "percibirse como necesario un análisis más riguroso del fenómeno". El progresismo fue un velo que nos impidió ver los datos desnudos en los primeros tiempos. No se desagregaba el porcentaje de inmigrantes entre víctimas y victimarios, porque se suponía que era una forma de criminalización. Es cierto que "es necesario seguir desarrollando sus instrumentos (los de la Ley) relacionados fundamentalmente con la educación, lo que dará fruto en el medio y largo plazo". El asunto es que la educación sí se ve influida por el multiculturalismo, esa creencia de que todas las religiones son iguales. Los ateos podemos negar esto sin mácula de parcialidad: simplemente hay religiones que no son incompatibles con mi libertad, aun cuando sean socialmente mayoritarias, y otras que sí lo son. Eso en mi caso, que no soy mujer, ni tengo hijas.

Cabe preguntarse si una religión que se constituye en Estado teocrático en la mayor parte de los países en que es mayoritaria, que implanta la sharia y condena a morir lapidadas a las mujeres adúlteras no será una reserva inexpugnable a los buenos propósitos educativos del Gobierno y los editorialistas, si creen que nuestros valores se impondrán de manera natural en unos colectivos cuya población crece de manera exponencial y a los que renunciamos a integrar en nuestro sistema de valores. Ah, un dato para lectores distraídos: las Cruzadas fueron hace diez siglos.