The last photo show

Contemplen con atención la foto que ilustra este comentario. Va a ser la foto oficial de la familia Obama, una imagen que los presidentes de los EEUU se hacen en el primer año de mandato. La encargada de esta foto ha sido la artista Annie Leibovitz. Hay en ella una saludable inclinación a la transparencia: nada por aquí, nada por allá. Éste soy yo y ésta mi circunstancia familiar. Mírennos; somos gente normal. No tenemos nada que esconder.

Les recomiendo que la miren con atención, porque puede ser la última vez. Ya sólo faltan dos meses para la gran conjunción planetaria que había previsto Hipatia de Benidorm, dos astros reyes a ambas orillas del Atlántico. Es un secreto a voces que el presidente Obama está siguiendo en su primer año la hoja de ruta que le dejó marcada su colega español, más experimentado. De ahí que su reforma sanitaria esté muy inspirada en la sanidad pública española y que la política exterior de Obama sea prácticamente igual que la del Gobierno de España. Es más, se cuenta que Barack Obama quiso nombrar secretario de Estado a Miguel Ángel Moratinos, pero ya estaba pillado y se tuvo que conformar con Hillary Clinton.

Entre enero y junio van a tener ocasión de hablar de muchas cosas. Como el roce hace el cariño y genera confianza, no se descarta la posibilidad de que allá a la altura del mes de abril, José Luis convenza a Barack para que no repita en su segundo mandato una foto con sus niñas, expuestas a la insaciable curiosidad del objetivo. Le puede ilustrar con su experiencia: la bronca epistolar a la directora de Diez Minutos en el verano de 1994, el celo con que pidió a la Casa Blanca que retirase de su página web la foto que se hicieron los Zapatero al completo con los esposos Obama este mismo año.

Sería muy conveniente esto último, porque serviría para deshacer un posible malentendido. Como los americanos, buena gente, pero infantiles, a decir de Manolo Morán en 'Bienvenido, míster Marshall', son tan aficionados a las fotos, colgaron la de nuestra segunda familia, sin darse cuenta de que había menores. Hay que explicarles esto con el fin de evitar la posibilidad de que se nos acomplejen. Calculen ustedes que los servicios de protocolo de la Casa Blanca le contaran al presidente que el primer ministro español ha pedido que retiran la foto que se hizo en familia con usted y Mrs. Obama. Cabe la posibilidad de que sospecharan: igual se avergüenzan porque somos negros.

No es cierto. Nuestra segunda familia no es racista. De hecho, no hay racismo apreciable en España. Es simplemente que los Rodríguez Espinosa se habían hecho la foto para su álbum familiar, como la que puede hacerse cualquier en Disneylandia, haciendo de Donald, Daisy y los sobrinos, mediante el procedimiento de meter la cabeza en un agujero y esperar el disparo de la polaroid.

No es improbable que Obama quiera saber más sobre el asunto y Zapatero le hable de la Ley Orgánica 1/1996 de 15 de enero, de Protección del Menor, cuyo artículo 4 regula el asunto que nos ocupa:

Artículo 4. Derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen.

1. Los menores tienen derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia

imagen. Este derecho comprende también la inviolabilidad del domicilio familiar y de la

correspondencia, así como del secreto de las comunicaciones.

2. La difusión de información o la utilización de imágenes o nombre de los menores en los

medios de comunicación que puedan implicar una intromisión ilegítima en su intimidad, honra

o reputación, o que sea contraria a sus intereses, determinará la intervención del Ministerio

Fiscal, que instará de inmediato las medidas cautelares y de protección previstas en la Ley y

solicitará las indemnizaciones que correspondan por los perjuicios causados.

3. Se considera intromisión ilegítima en el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y

a la propia imagen del menor, cualquier utilización de su imagen o su nombre en los medios

de comunicación que pueda implicar menoscabo de su honra o reputación, o que sea contraria

a sus intereses incluso si consta el consentimiento del menor o de sus representantes legales.

4. Sin perjuicio de las acciones de las que sean titulares los representantes legales del menor,

corresponde en todo caso al Ministerio Fiscal su ejercicio, que podrá actuar de oficio o a

instancia del propio menor o de cualquier persona interesada, física, jurídica o entidad pública.

5. Los padres o tutores y los poderes públicos respetarán estos derechos y los protegerán

frente a posibles ataques de terceros.

Vistas así las cosas, ¿en qué afecta al derecho al honor, a la intimidad personal y a la buena imagen de los menores salir en una foto con sus padres y el César de lo que nuestro presidente llamaba hace tres años "el imperio americano? Naturalmente, los padres tienen derecho a administrar la presencia de su hijos a la luz pública mediante el recurso de exponerlos o no. La ley no autoriza la censura, salvo en los supuestos que acabamos de reproducir. Carlos Solchaga respondía a esta cuestión desde el sentido común en la entrevista que le hacía Vanity Fair:

“la verdad es que yo nunca tuve problemas con mis hijos. Eran otros tiempos y los preservamos, pero si había que hacer una foto de familia, se hacía”.

El problema de la socialdemocracia actualmente gobernante es que practica con más intensidad la vocación de estar al mismo tiempo a los dos lados de la raya. No se puede hacer fotos a las niñas del presidente, pero la ministra de Defensa y su Miquel fueron exhibidos hasta rozar el impudor, desde que el bebé fue nasciturus, por no hablar del homenaje que EPS dedicó a mamá Chacón con Miquel en brazos en una inolvidable portada.