Impresiona la dureza diamantina de las palabras de su viuda cuando en realidad se quedó algo corta. Un homenaje como el de ayer debió contar con la asistencia de 75 parlamentarios, un pleno. Tal vez el que fue portavoz parlamentario del PNV pudiera volver a pronunciar las mismas palabras que el 16 de febrero de 2007, dirigiéndose a los escaños de los compañeros de Ordóñez:
«Están ustedes muy cómodos, y es triste tener que decirlo, con que ETA siga existiendo. Aunque les peguen a ustedes, aunque les violenten, aunque les asesinen: parece que están mucho más cómodos con la existencia de ETA que sin la existencia de ETA».Algunas consideraciones sobre el particular.
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Eguiguren nunca ha reconocido esto y era una buena ocasión para que el periodismo reivindicara la superioridad descriptiva de su relato. El periodista no lo debió de considerar así y no preguntó por el tema. Lástima, pero eso no quiere decir que la entrevista carezca de interés como muestra la respuesta que reproduzco a título de ejemplo:
P. Hubo dos treguas largas de ETA y dos fracasos. ¿Por qué pensó que esta vez iba a salir?
R. A pesar de todas las críticas de improvisación e ingenuidad, tengo que decir que por primera vez se siguieron los procedimientos internacionales de resolución de conflictos [Esta es la cuestión, que en lugar de aplicar los procedimientos adecuados para acabar con una banda terrorista, Eguiguren y los suyos consideraron, al igual que los nacionalistas, que estaban ante un conflicto político entre Euskal Herria y España] que con participación de organizaciones especializadas [Recordemos que la organización internacional, el centro Henri Dunant, fue propuesto por los terroristas]. El proceso utilizó como referencia los pactos que había en Euskadi sobre terrorismo, los de Ajuria Enea, [Es lo que tiene el Alzheimer, que lo que peor se recuerda es a menudo lo que está más próximo en el tiempo. La expresión de Eguiguren y/o la redacción de la misma pueden llevar a la conclusión de que los pactos que había en Euskadi “sobre” terrorismo eran los de Ajuria Enea. Había otro más reciente y más rotundo. No era ‘sobre’, sino ‘contra’: el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo, firmado por el Gobierno, el partido que lo sustentaba y el PSOE el 8 de diciembre de 2000. Hagan otros las leyes y déjenle a Eguiguren manipular las preposiciones.] y se hizo con escrupuloso respeto a los procedimientos democráticos. [O sea, a los procedimientos democráticos internacionales para la resolución de conflictos. Euskal Herria y España, dos legitimidades enfrentadas. ¿Cómo no va a ser democrático que la parte contratante de la primera parte reconozca como interlocutor político a la parte contratante de la segunda parte?]
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