Un fraude de ley

La política hace extraños compañeros de cama, dicen que dijo Churchill. Especialmente en los grupos parlamentarios, habría que añadir, después de ver la extraña convivencia en la que se han comprometido Izquierda Unida y Esquerra Republicana de Catalunya. Lo suyo no daba para grupo, se leyera como se leyera el Reglamento del Congreso(Art. 23 y siguientes): No sumaban 15 diputados, y, aunque llegaban a cinco, no satisfacían la segunda condición, la de sumar el 5% de los votos en todo el territorio nacional.

Alguien debió de recordar el viejo cuento del cadí que dejó al morir 17 camellos para repartir entre sus tres hijos de la manera siguiente: al mayor debía corresponderle la mitad, al segundo, la tercera parte y al pequeño, la novena parte. Acertó a pasar un mercader cuando los hijos se devanaban la sesera tratando de repartir los camellos sin tener que trocearlos. Y dijo: "Es muy fácil. Yo les presto mi camello." Procedieron a repartir los 18 y apartaron nueve para el mayor, seis para el mediano y dos para el pequeño. Sobraba uno, el del mercader, que lo cogió y siguió su camino.

Qué grandes son las fábulas moralizantes. pensarían ustedes que el mercader era del PSOE. Sólo así se puede creer en la España plural, diversa e igualitaria, sin que se les descoloque nada. pero no. Era del BNG, que ha permitido un fraude de ley en el Congreso, al formar parte de un grupo con el sólo objetivo de permitirle sumar el porcentaje legal, para salirse a continuación. El Reglamento del Congreso no puede poner obstáculos que menoscaben la libertad de los diputados, para cambiar de convicciones y, por tanto, cambiar de grupo. Pero eso nada tiene que ver con estas maniobras para soslayar el Reglamento.

¿Quién podrá denunciar un 'matrimonio de conveniencia' entre una persona española y otra inmigrante, independientemente del género de ambas? Total, si sólo es para un ratito...

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No tengo palabras, ella sí