23 abril, 2008

Cumbre vasco-tibetana



Ayer volvió a manifestarse la legendaria capacidad para la analogía de los nacionalistas vascos en asuntos de política exterior. Hasta la fecha nos hemos comparado con irlandeses, palestinos, estonios, letonios, lituanos, checos y eslovacos, quebequeses, tamiles, alemanes del Este, georgianos, nuevos caledonios, chechenos y alandeses. También se ha llegado a comparar a los españoles con los malgaches. Recuerden aquella memorable expresión del consejero de Justicia o así, Joseba Azkarraga:
"Aspiramos a mantener con España las mismas relaciones que con Madagascar."

No hay, pues, motivo para voltear campanas por la novedad, pero el lehendakari le pone a todo lo que dice un toque personal. Ibarretxe aprovechó la visita del presidente de la Casa del Tibet en Barcelona para acuñar una nueva analogía: "Yo respeto a España lo mismo que el Dalai Lama a China":
"Es difícil de entender que pueblos tan grandes tengan tanto miedo a pueblos pequeñitos como el tibetano o el vasco. Es increíble, pueblos tan humildes y esencialmente pacíficos."

Esta vez, Ibarretxe se encontró con interlocutor a su medida. Lean el impresionante despiece que El Correo dedica hoy sobre la comparecencia del representante tibetano. Es lo que tiene la mística, que acerca a los hombres y los pueblos.