Lo demuestran Michelle Pfeiffer, que los cumplió ayer, y Eduardo Zaplana, que, según supimos también ayer, ha sido contratado a sus 52 por una empresa que ha prejubilado a muchos de sus trabajadores a esa edad.
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Agua de boca
'Agua de boca', llamó la ministra de los Medios y las medias a lo que Antonio Carlos Jobim llamó 'Agua de beber'. Viene a ser lo mismo, pero dicho por la ministra parece que incluye la de lavarse los dientes. Rosa Díez suspendió por unos instantes el ánimo de la Cámara al hablar del agua y la Nación:
“En la política del agua los intereses generales del estado están muy debilitados y no lo siente el alma española con la emoción y la intensidad que es necesaria para construir el país. He observado que todos tiramos hacia nuestra región, hacia nuestra comarca, hacia nuestro pueblo, hacia intereses más o menos locales, y con frecuencia, en el afán desmesurado que ponemos por servirlos, comprometemos y lesionamos más altos intereses, como son los de la nación española”.
¿Un discurso facha? Un instante después, la solitaria diputada de UPyD establecía la autoría de la frase:
"son palabras pronunciadas por Indalecio Prieto, aquí en esta Cámara, el 30 de noviembre de 1932, defendiendo su Plan General de Obras Hidráulicas."
El Pleno del Congreso de los Diputados discutió también durante la tarde de ayer el Decreto Ley 2/2008 de Medidas de Impulso a la Actividad Económica. No se trataba de aprobar un plan de choque contra la crisis, porque, como todo el mundo pudo saber el lunes por boca del presidente del Gobierno, aquí no hay crisis. A una pregunta de José María Calleja sobre si seguía considerando antipatriotas a los pesimistas en materia económica, manifestó con rotundidad que sí a los que exageran. Quizá por eso, para no exagerar, la portavoz del PSOE, Inmaculada Rodríguez-Piñero dio con un feliz hallazgo para llamar a lo que está cayendo:
"Se está acelerando la desaceleración"