El Ministerio de Igualdad presentó ayer una campaña cuyo objetivo, según confesión de parte, es sensibilizar a la ciudadanía contra los malos tratos a las mujeres.
La campaña, que costará cuatro millones de euros, se desarrollará hasta final de año y trata de despertar
"la complicidad de toda la sociedad para erradicar la violencia contra las mujeres, informar a las víctimas de sus derechos y de los instrumentos previstos para su protección, y conseguir un rechazo social hacia los maltratadores".
"Hazlo por ti. Lucha por tu dignidad" tendría que ser la consigna que dirige a las maltratadas el Feminismo Zapatero 2.0. ¿Hay algún criterio detrás de todo esto?
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El presidente del Gobierno compareció ayer en Antena-3 TV. Lo mejor de todo es que Él dedica una parte relativamente importante de su tiempo de trabajo a arreglar la economía. A lo que más tiempo le dedica, dice y ya se sabe que quien da lo que tiene no está obligado a dar más.
Pero presten atención a la segunda:
"También debo confesar que el final de la violencia se ha convertido en mi gran empeño como presidente y todos los días dedico tiempo a este problema.”
No como Suárez, Calvo Sotelo, Felipe González y Aznar que no le dedicaban tiempo a este problema. Ni a la crisis. En realidad, la confianza del presidente se basa en un principo elemental del saber popular: se cosecha lo que se cultiva. Esto en su versión agraria. Adaptada para los consumidores a los que llamó en su discurso de apertura del 37º Congreso del PSOE, la cosa quedaría: "De lo que se come se cría". Lean, lean:
"En los últimos días he escuchado muchos análisis y muchos comentarios sobre el optimismo del Presidente del Gobierno en torno a lo que podríamos llamar un proceso de paz o el fin de la violencia que durante décadas tanto daño ha hecho a este país y especialmente a muchas personas y a sus familias. Créanme que no se trata de optimismo ni de pesimismo. Es una convicción y una convicción que parte de una idea que sirve para la vida, en general, y para la política y para la convivencia, en particular: se cosecha lo que se cultiva y este Gobierno cultiva la esperanza de acabar con la violencia para cosechar esa gran esperanza colectiva y que será, sin duda alguna, si lo logramos, fruto de toda la sociedad española. " (JLRZ, febrero de 2006).