21 marzo, 2008

Basta ya de fetichismo. Libertad para elegir


En la lengua pretaporter del nacionalismo gobernante en Euskadi hemos oído centenares de veces la invocación del "derecho de los vascos a decidir su propio futuro". Ah, ¿pero es que los vascos no eligen libremente entre opciones y programas distintos en sus Ayuntamientos, Juntas Generales, Parlamento vasco y en las Cortes Generales?¿Qué quiere decir Ibarretxe con eso que repite tanto?

Pues quiere decir lo contrario de lo que afirma, recuerden los lemas de Oceanía en '1984': "Paz es guerra, libertad es esclavitud, ignorancia es fuerza". El derecho de los vascos a decidir su propio futuro pasa porque no tengan capacidad de elegir la lengua en la que educar a sus hijos.

Un buen día, las autoridades educativas del País vasco repararon en que el sistema vigente hasta entonces, basado en modelos lingüísticos no les servía para sus propósitos, porque la mayoría de los alumnos no llegaban al nevel deseable de dominio del euskera al terminar el bachillerato. ¿Qué hacer para solucionarlo? Hágamosla lengua vehicular, se respondieron y a ello se aplicaron.

Mario Onaindía había dicho hace ya unos 25 años que la Universidad en euskera iba a ser la reserva del lumpenproletariado para la Euskadi del futuro. Hé aquí el modelo: reforcemos la ignorancia de los chicos en nuestra lengua propia (que es como llaman los nacionalistas al idioma que hablan peor) suplementándola con la ignorancia de los contenidos que se les van a transmitir en la lengua que no dominan.

A esto podría llamársele 'fundamentalismo lingüístico' si no fuera porque las autoridades educativas vascas son más desaprensivas que fanáticas: no quieren hacer desaparecer el castellano, porque lo necesitan para su propio beneficio. O para no hacer el ridículo. Un ejemplo reciente: el Gobierno vasco decidió que el 86,4% de los alumnos que se examinaron para el informe PISA lo hiciera en castellano. Se maliciaban ellos que si los chavales se examinaban en su lengua materna obtenían mejores resuntados que si lo hacían en 'la lengua propia'.

Un grupo todavía reducido de personas, pero que va a más, han formado una plataforma para luchar contra esta sinrazón llamada 'el currículo vasco'. Su nombre y su contacto:
Me van a permitir que excepcionalmente, la anotación en este diario de navegación tenga tono de arenga, pero háganse el favor de contactar con esta organización, adhiéranse, escriban al centro donde estudian sus hijos para que no les cambien el modelo y vean la forma de colaborar. Contra la aceptación de la servidumbre, distingamos entre remeros y galeotes.

Pie de foto.- El hipocorístico Tontxu Campos, consejero de Educación o así del Gobierno vasco



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