Ontología presidencial

Cada vez que alguien trata de cuestionar las capacidades del candidato demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos, compara una supuesta vacuidad programática de Barack Obama con las amables pompas de jabón que soportan el discurso del presidente Zapatero. En tales ocasiones debe recordarse que Obama era el editor de la muy prestigiosa revista de Derecho de la Universidad de Harvard en su época estudiantil.

Sin embargo, la portada de la edición digital de El País que encabeza estas líneas contiene una expresión sorprendente, entrecomillada como si reprodujera textualmente una afirmación del candidato en la convención demócrata de Denver:

"Estados Unidos merece ser un país mejor"

Mejor, ¿que qué? a falta de un término de comparación, cabe suponer que el término elidido son los propios Estados Unidos: merece ser un país mejor de lo que es. Seguramente quiso decir: Los estadounidenses merecen un país mejor o Estados Unidos es un país mejor que su Gobierno, afirmaciones ambas muy propias de una campaña electoral.

La textualidad de la frase que el periódico o el traductor atribuyen a Obama llevan a una moralina atroz o al imposible ontológico. Algo parecido a lo que le pasó a nuestro Zapatero el 15 de diciembre de 2004, tras la comparecencia de Pilar Manjón ante la comisión investigadora del 11-M. Según contaba Raúl del Pozo en su columna, el presidente siguió la comparecencia desde su despacho en el Congreso, por la tele. Poco después, le dijo al columnista:

"He hablado con Pilar Manjón para decirle: «Me ha hecho usted mejor de lo que soy».

El imposible ontológico en estado puro. La cosa habría tenido un pasar si hubiera dicho "soy mejor de lo que era". Ni siquiera la zarza del Sinaí se atrevió a tanto al ser preguntada por Moisés: "Yo Soy el que Soy". Ya en otro nivel, Suso de Toro también se conformaba con la tautología en la carta que en 2006 escribió al director de ABC:

"no pretendan hacer de mi figura una especie de duende perverso y polimorfo que sirve para explicar cualquier cosa. Sólo soy el que soy."

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Afán pedagógico

La mala prensa que hay contra Ibarretxe hace que a veces se tergiversen sus intervenciones más constructivas y se hagan pasar por estupideces afirmaciones movidas por el más noble afán pedagógico. Verbigratia. Elude citar a ETA, dice la portada de El Correo, pero eso, lejos de ser empecinamiento, constituye una muestra de discreción. Los terroristas, sin embrago, no se van de rositas. Ahí está, lista para el mármol esa frase que centellea en el subtítulo:

"Las críticas son legítimas, lo que no es legítimo es poner bombas"

Podrá parecer una simpleza, pero es un camino para enseñar a distinguir el bien del mal a los más torpes de sus conciudadanos mediante un sencillo proceso de elecciones binarias: Es legítimo ir a la carnicería a comprar un entrecot; lo que no es legítimo es acuchillar al carnicero. Es legítimo pedir un reintegro en el banco; lo que no es legítimo es atracarlo a punta de pistola.

Y así sucesivamente.