Era cuestión de empatía

La tarea de identificar los cuerpos de los fallecidos en el accidente de Barajas prosigue lentamente, al compás del chapoteo de los medios entre el dolor de las familias y cábalas sobre causas que todavía se desconocen.

Mientras, en Pekín, los deportistas españoles tenían que desafiar al Comité Olímpico Internacional para poder mostrar una señal de empatía con los fallecidos y sus familiares, tras una catástrofe que ha sobrecogido a toda España. Fernando Echévarri y Antón Paz subieron a recoger sus medallas de oro con un brazalete negro, como si fuesen Tommie Smith y John Carlos en México 68.

Es preciso destacar la pastueña actitud de las autoridades deportivas españolas, aceptando sin rechistar la prohibición, no fuera a ser que al personal le de por exteriorizar otros aspectos de su intimidad, como sus opiniones sobre el estado de los derechos humanos en el país anfitrión, por poner un ejemplo. Se empieza por una cosa y se termina por otra. No politicemos la sagrada causa del deporte.


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Galería de genios contemporáneos

Artur Mas es un hombre irrepetible de esos que muy de vez en cuando alumbra la política española, dicho sea con perdón. Su campaña en las últimas elecciones autonómicas de Catañuña fue irreprochable: comenzó con una visita al notario para dejar constancia de su firme compromiso de no gobernar con el PP, pasara lo que pasara. Cerró la campaña con una ofrenda ante la tumba de Guifré el Pilós. Allí, ante los restos de aquel hombre que diseñó la señera untando sus dedos en la sangre propia, prometió:

"Servir a Cataluña y al pueblo catalán con toda la dignidad y el esfuerzo que nos aporten la razón y el sentimiento y reeditar el compromiso vital y generacional con nuestro pueblo y nuestra nación".

Ayer, este portento emplazó a Montilla para que desautorizase a José Corbacho después de que el ministro de Trabajo afirmó que los socialistas catalanes votarían afirmativamente a los presupuestos del Gobierno Zapatero.

Es asombroso. Siempre hay alguien dispuesto a tomarse en serio al vizcaíno Sancho de Azpeitia. O a Montilla, ese Maragall sin gracia, cuando anuncia que el apoyo del PSC a las cuentas de 2009 está en el aire. Traten de imaginar a Carme Chacón, la candidata más votada de los socialistas en todas las Españas, ministra de Defensa, votando 'no' a los presupuestos de su Departamento. O a Corbacho haciendo lo propio.

Si Mies van der Rohe hubiera conocido a Artur Mas antes de escribir su célebre manifiesto minimalista, quizá habría retocado el lema original: Mas es menos.

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Corrigiendo, que es gerundio.- El remero en excedencia Qtyop envía una pertinente rectificación:

Corbacho ciertamente no podrá votar los presupuestos de su departamento. Creo que noes diputado. Se sienta en los bancos azules pero no puede votar (qué manera de alterar la cámara si los ministros pudieran votar: nombrar ministros no diputados).

Es como Sebastián. Aunque este, no siendo diputado se atreve a enmendar al jefe de la casa.

Saludos