Morros, muecas, mohínes y desplantes
Pie de foto.-Añoranza de Ramiro II el Monje. ¡Ah, la campana de Huesca! (Foto Efe. En la portada de El País)
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"Numerosos estudios evidencian las pérdidas de producción que ocasiona una tasa de actividad femenina inferior a la masculina. Si se igualasen las dos, el volumen del PIB español sería un 19% más elevado" (Bibiana Aído, Ministra de Igualdad en Yo Dona.)
Mi querida ministra: esa imprecisión en el uso de las palabras que es característica tan adorable de su lenguaje, lleva a enunciados como estos. Su bienintencionada afirmación sería cierta si, y sólo si hubiéramos tenido alguna vez una tasa de actividad femenina igual a la masculina y aquella se hubiera desplomado 20 puntos por alguna razón. Un suponer, poque ganaron unas elecciones los talibán dos veces consecutivas y prohibieron trabajar a las mujeres. (No se le escapará que ni siquiera Pepe Blanco podría hacer una analogía afortunada entre el ejemplo que le propongo y las dos legislaturas en las que gobernó el PP). No hay pérdidas de la producción que nunca conocimos antes.
Tampoco parece que haya hecho usted una lectura correcta de los números. En el mismo reportaje que incluye su frase, se da el dato que parece sustentar su afirmación: Mientras la tasa de actividad masculina es el 69,32%, la femenina es 19,59 puntos menor, o sea, 49,73%. A poco que lo piense verá que no es posible que el aumento de la ocupación femenina en un 19,50% determine un aumento del empleo del 19,59% y mucho menos un aumento semejante del PIB.
Si dejamos reducida su opinión a la segunda frase, debería especificar que deberían igualarse por arriba. Es decir: "Si la tasa femenina se igualase con la masculina", no "si se igualasen las dos". Por último, y aun dando por bueno todo lo anterior, o cambiando todo lo que haya que cambiar, en el diccionario, en la historia, en las reglas de las operaciones matemáticas, su expresión sería tautológica. Si aumentara la tasa de actividad masculina en un 30%, también se notaría un aumento del PIB, aunque no en un 30%.
Por último: ¿Es posible aumentar la tasa de empleo femenina 'ceteris páribus'? (sin disminuir la masculina, por ejemplo) Si sustituímos un empleo masculino por un empleo femenino nos acercaremos a la igualdad, pero el PIB no aumentará, salvo que la mujer que se incorpora al mercado de trabajo sea más productiva que el hombre que lo abandona, hecho perfectamente plausible. Si fuese posible aumentar el trabajo de las mujeres en estas condiciones, no deberíamos temer a la crisis. Se pone a trabajar a más mujeres (y a más hombres cuando el pleno empleo femenino sea un hecho) y nuestro PIB se dispararía hasta cifras chinas.
Atentamente y, como siempre, a su disposición. SG
La secuencia se produjo ayer, durante la primera jornada del Congreso del PP. Aznar llegó cuando ya llevaba el acto media hora de desarrollo, después de la intervención de Federico Trillo. Un dirigente normal de un partido normal no llegaría con retraso a un Congreso de su partido, pero supongamos que sufrió algún imponderable. Lo normal sería tratar de incorporarse al puesto que la organización le tuviera reservado tratando de interrumpir el acto lo menos posible.
No fue el caso. El Congreso se interrumpió para recibir al líder. Los compromisarios y los integrantes de la mesa del Congreso se pusieron en pie mientras sonaba el himno del partido y Aznar saludaba al público. Una vez en el escenario va saludando uno por uno a a dos manos a la primera y segunda línea de playa: Sirera, Trillo, Arias Cañete, Ana Mato, Gallardón, Elorriaga, ignora a Feijóo, apenas repara en Soraya, que será su vecina los tres días que dure el evento. Desde la posición de ésta estira el brazo con desdén hacia Fraga, que será su vecino por la derecha.
Junto a éste está Rajoy, pero entonces, el Ex se vuelve hacia la segunda fila y saluda cariñosamente a Esperanza Aguirre y sigue por la fila sorteando a Rajoy. Vuelve a la primera para abrazar y dar dos cachetitos cariñosos a Acebes con risotadas por ambas partes. Muda la faz al pasar a Rajoy, muda el semblante, le tiende la mano sin mirarlo en lo que técnicamente podríamos considerar un bajonazo y luego pasa junto a Fraga otra vez para colocarse en su sitio, entre el presidente fundador y la portavoz parlamentaria.
Impresionante. Tantos esfuerzos arruinados en un momento. ¿Hará más gestos de desdén para escenificar su disgusto con la línea que apunta Rajoy? ¿Deberá ser coherente y entonar el "Señor, pequé" en su discurso de esta tarde, admitirá que se equivocó al plantear la sucesión? Sin embargo, un hiperlíder no puede equivocarse, luego debemos concluir que el designado no ha estado a la altura del encargo. Mariano Rajoy ha traicionado a quien lo nombró, en una actitud que tiene continuidad en la democracia española. Es muy probable que el ninguneado Fraga de ayer pensara que él también se equivocó al elegir sucesor. De hecho, la democracia se basa en una 'traición' parecida: la de Adolfo Suárez con el Consejo del Reino que lo incluyó en la famosa terna junto a López Bravo y Silva Muñoz, de la que el Rey lo escogió a él como presidente del Gobierno el 3 de julio de 1976.
Son como niños.
No fue el caso. El Congreso se interrumpió para recibir al líder. Los compromisarios y los integrantes de la mesa del Congreso se pusieron en pie mientras sonaba el himno del partido y Aznar saludaba al público. Una vez en el escenario va saludando uno por uno a a dos manos a la primera y segunda línea de playa: Sirera, Trillo, Arias Cañete, Ana Mato, Gallardón, Elorriaga, ignora a Feijóo, apenas repara en Soraya, que será su vecina los tres días que dure el evento. Desde la posición de ésta estira el brazo con desdén hacia Fraga, que será su vecino por la derecha.
Junto a éste está Rajoy, pero entonces, el Ex se vuelve hacia la segunda fila y saluda cariñosamente a Esperanza Aguirre y sigue por la fila sorteando a Rajoy. Vuelve a la primera para abrazar y dar dos cachetitos cariñosos a Acebes con risotadas por ambas partes. Muda la faz al pasar a Rajoy, muda el semblante, le tiende la mano sin mirarlo en lo que técnicamente podríamos considerar un bajonazo y luego pasa junto a Fraga otra vez para colocarse en su sitio, entre el presidente fundador y la portavoz parlamentaria.
Impresionante. Tantos esfuerzos arruinados en un momento. ¿Hará más gestos de desdén para escenificar su disgusto con la línea que apunta Rajoy? ¿Deberá ser coherente y entonar el "Señor, pequé" en su discurso de esta tarde, admitirá que se equivocó al plantear la sucesión? Sin embargo, un hiperlíder no puede equivocarse, luego debemos concluir que el designado no ha estado a la altura del encargo. Mariano Rajoy ha traicionado a quien lo nombró, en una actitud que tiene continuidad en la democracia española. Es muy probable que el ninguneado Fraga de ayer pensara que él también se equivocó al elegir sucesor. De hecho, la democracia se basa en una 'traición' parecida: la de Adolfo Suárez con el Consejo del Reino que lo incluyó en la famosa terna junto a López Bravo y Silva Muñoz, de la que el Rey lo escogió a él como presidente del Gobierno el 3 de julio de 1976.
Son como niños.
Pie de foto.-Añoranza de Ramiro II el Monje. ¡Ah, la campana de Huesca! (Foto Efe. En la portada de El País)
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Notas para la educación de una joven ministra
(Comentario de textos)
(Comentario de textos)
"Numerosos estudios evidencian las pérdidas de producción que ocasiona una tasa de actividad femenina inferior a la masculina. Si se igualasen las dos, el volumen del PIB español sería un 19% más elevado" (Bibiana Aído, Ministra de Igualdad en Yo Dona.)
Mi querida ministra: esa imprecisión en el uso de las palabras que es característica tan adorable de su lenguaje, lleva a enunciados como estos. Su bienintencionada afirmación sería cierta si, y sólo si hubiéramos tenido alguna vez una tasa de actividad femenina igual a la masculina y aquella se hubiera desplomado 20 puntos por alguna razón. Un suponer, poque ganaron unas elecciones los talibán dos veces consecutivas y prohibieron trabajar a las mujeres. (No se le escapará que ni siquiera Pepe Blanco podría hacer una analogía afortunada entre el ejemplo que le propongo y las dos legislaturas en las que gobernó el PP). No hay pérdidas de la producción que nunca conocimos antes.
Tampoco parece que haya hecho usted una lectura correcta de los números. En el mismo reportaje que incluye su frase, se da el dato que parece sustentar su afirmación: Mientras la tasa de actividad masculina es el 69,32%, la femenina es 19,59 puntos menor, o sea, 49,73%. A poco que lo piense verá que no es posible que el aumento de la ocupación femenina en un 19,50% determine un aumento del empleo del 19,59% y mucho menos un aumento semejante del PIB.
Si dejamos reducida su opinión a la segunda frase, debería especificar que deberían igualarse por arriba. Es decir: "Si la tasa femenina se igualase con la masculina", no "si se igualasen las dos". Por último, y aun dando por bueno todo lo anterior, o cambiando todo lo que haya que cambiar, en el diccionario, en la historia, en las reglas de las operaciones matemáticas, su expresión sería tautológica. Si aumentara la tasa de actividad masculina en un 30%, también se notaría un aumento del PIB, aunque no en un 30%.
Por último: ¿Es posible aumentar la tasa de empleo femenina 'ceteris páribus'? (sin disminuir la masculina, por ejemplo) Si sustituímos un empleo masculino por un empleo femenino nos acercaremos a la igualdad, pero el PIB no aumentará, salvo que la mujer que se incorpora al mercado de trabajo sea más productiva que el hombre que lo abandona, hecho perfectamente plausible. Si fuese posible aumentar el trabajo de las mujeres en estas condiciones, no deberíamos temer a la crisis. Se pone a trabajar a más mujeres (y a más hombres cuando el pleno empleo femenino sea un hecho) y nuestro PIB se dispararía hasta cifras chinas.
Atentamente y, como siempre, a su disposición. SG