Bibiana Aído nació para ser estrella. Tiene aplomo, o al menos, desparpajo. Es joven y tiene la belleza simple y menestral de las hijas del pueblo cuando salen monas. Con una sola comparecencia ha eclipsado a sus compañeros y compañeras de la Gobierna (según la versión oficial, éste es un Gabinete o Gabineta con más mujeres que hombres, por lo que el género inclusivo debería ser el femenino en este caso. Bueno, génera).
Después de su inolvidable paso por la Comisión de Igualdad del Congreso y su extraordinario "los miembros y las miembras de esta Comisión", optó por sostenella. Primero dijo que
"´Miembra´ fue porque vengo de Centroamérica, de la II Conferencia de Género en El Salvador, con ministros de Igualdad de Iberoamérica, y allí se utiliza mucho. Es un lapsus. No respondía en absuluto... y además fue una cosa graciosa; a continuación me reí. Pero, ¿por qué no? Podríamos plantearnos el registro también".
Sólo puede admitirse que en Centroamérica se utiliza mucho si hay muchas Bibianas Aídos. No está, desde luego, en el Diccionario Panhispánico de Dudas y es ya un artículo clásico en nuestra prensa el que compara el español que habla cualquier humilde campesino centroamericano, que generalmente sale en televisión por alguna catástrofe natural, con el idioma que hablan aquí universitarios, periodistas y, de un tiempo a esta parte, ministros y ministras. Con ventaja para aquél, claro.
La titular de la Ministeria no quiso dejarlo aquí y ayer insistía: :
"Sólo pienso que hay palabras, como determinados anglicismos, o palabras como 'guay' o 'fistro', que no tuvieron tanta dificultad para ser incorporadas al diccionario. Quizá haya una cuestión de género de fondo ".
Otro pinchazo. O dos, si son pequeños. 'Guay' y 'fistro' son anglicanismos, según genial acuñación de Carmen Calvo, otro gran descubrimiento de Manolo Chaves, ese finísimo ojeador que José Luis Head Hunter tiene destacado en Andalucía para la provisión de ministras al Gobierno.
¿Qué tendrá que ver el criterio de la Academia de incorporar al diccionario el habla de hecho, sancionar palabras que han sido acuñadas por la gente o importadas de otro idioma por necesidad, comodidad, esnobismo o cualquier otra razón con que el Gobierno pueda imponer las palabras que le convienen para llamar a las cosas por los nombres que no son (©Pilar Ruiz Albisu)? En esta cuestión late una pulsión totalitaria que la joven Aído tendría que hacerse mirar.
La RAE, por otra parte, no ha admitido la palabra 'fistro' ni con pocos obstáculos ni con muchos. El error de la ministra es tanto más llamativo si tenemos en cuenta que el DRAE sí recoge la voz 'fistra':
fistra.
(Del lat. fistŭla, cañafístula).
1. f. ameos (‖ planta umbelífera).
ameos.
(Del lat. ami, amĕos, y este del gr. ἄμμι).
1. m. Planta aromática de la familia de las Umbelíferas, con tallo recto, estriado y lampiño, que crece hasta 60 cm de altura. Tiene hojas con segmentos serrados y lanceolados, flores blancas y fruto oval y comprimido.
2. m. Semilla de esta planta, negruzca, menuda y aromática, que se ha empleado en medicina como diurético.
Chaves llamaba a nuestra Bibiana "ministra 2.0". Me parece peligroso. Si aplicamos el tratamiento de génera a la apelativa, tendría que llamarle "ministra das cera", lo que parece incurrir en viejos estereotipos patriarcales al asignarle tareas domésticas por el hecho de ser mujer.
Nota del Blogmaster.-Recuerdo perfectamente que éste es el tercer post consecutivo para la ministra de Igualdad, pero es que esta mujer es un filón. Vean esta anotación en su blog, en la que evoca un legendario concierto de Raimon, que tuvo lugar ¡ocho años antes de que ella naciera! Así lo explica:
Nota del Blogmaster.-Recuerdo perfectamente que éste es el tercer post consecutivo para la ministra de Igualdad, pero es que esta mujer es un filón. Vean esta anotación en su blog, en la que evoca un legendario concierto de Raimon, que tuvo lugar ¡ocho años antes de que ella naciera! Así lo explica:
Muchos hemos nacido en democracia, pero no tener recuerdos no significa carecer de memoria histórica. Por eso también nos emocionamos al cantar: Al vent, la cara al vent, el cor al vent, etcétera.
Mi amiga Teresa Giménez Barbat, una mujer inteligente que no pide alzas para competir con hombres, (y ganar) hizo una anotación interesante en su blog en torno a la comparecencia de la ministra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario