El presidente perfecciona su estilo
Ayer, durante su entrevista en la cadena SER, el presidente se vino arriba al ser preguntado por la insistencia en calificar de "desaceleración" lo que todo el mundo llama crisis. "El pesimismo", respondió Zapatero, "no crea un puesto de trabajo". Es una puesta al día de la teoría de las expectativas, según la cual, las expectativas de los agentes sociales sobre acontecimientos de futuro acaban siendo factores que contribuyen a que dichos acontecimientos se produzcan.
Lo grande de Zapatero es que considera que puede imponer sus estados de ánimo a empresarios, sindicatos, consumidores y jubilados. No digamos a los bancos, siendo desde que empezó todo esto nuestra garantía frente a la crisis financiera. Las expectativas las pone él. Todo se puede hacer con una sonrisa.
El País nos ofrece hoy una descripción asombrosa de las razones por las que el Gobierno arranca al ralentí: la situación económica, la crisis del PP y la protección de las nuevas ministras, que, al parecer, están un poco tiernas. En un despiece firmado por Fernando Garea, también se dan pistas sobre las extrañas motivaciones de los diputados de la oposición para hacer interpelaciones. El diputado del PNV, José Ramón Beloki, pidió la comparecencia de la ministra Garmendia y el Gobierno envió a Salgado, más cuajada, para proteger a aquella. Lean la decepción del compareciente:
"No le esperaba a usted. No es por hacerle de menos. Yo quería sumarme a las iniciativas de otros diputados que a lo largo de esta tarde han felicitado a la nueva ministra de Ciencia e Innovación y le esperaba a ella para poder felicitarle también por su nombramiento."