19 julio, 2006

ARMA LETAL V

Corresponsal de Guerra

He salido a Hamra y he comprado los periódicos. Más que periodista, hoy me gustaría ser el campeón francés del mundo de escupitajos, Alain Jourdren, que puede lanzar un esputo a 10,41 metros. Casi a la altura de Olmert o de Bush Jr. o de Villepin o de Annan o de Solana, cada cual en su respectivo punto de la pista. Hoy me gustaría echar gargajos, ya digo. Tras leer que hay un tío al que le premian por expectorar con garbo, he intentado encontrar a alguien con quien hablar y, como Bridget Jones, me he dirigido a la tienda de lencería en tallas grandes, que ha permanecido orgullosamente abierta, y así seguirá. Pero, antes, aprovechando que estaba en la misma acera y que acababa de ver que el cajero automático en el que fustigo a mi tarjeta parecía abandonado con un plumero y un frasco de Limpiaplím, y dado que ello había empezado a deprimirme, he decidido meterme en la oscura perfumería llena de marcas de París, en donde el dueño también aguanta el tipo. Mohamed (lo siento: se repiten los nombres hasta el punto de que parece que sólo interrogo a uno) me ha dicho que ahí se lo pasa bien, que es su casa, y que le encanto yo, físicamente hablando. Animada y con un carísimo frasco de Diorette en el bolso he cruzado la calle y he cometido el primer error de la jornada. He entrado en la tienda de la lencería de París (a ver de dónde iba a ser). Y he conocido a Ahmed (siguen otros, no se preocupen).Curiosamente, el comercio estaba lleno. A las mujeres árabes, sobre todo a las veladas, les encanta la lencería. Han comprado unas bragas que parecían tobilleras y, cuando se han ido, me he sentado con tres aditamentos culares tamaño Estatut de reglamento, y le he preguntado a Ahmed número uno qué piensa de lo que está pasando: "Estamos acabados, hemos terminado, madame". Lo han destruido todo, ha seguido, nuestra primera temporada turística se ha esfumado, las esperanzas del Mundial han desaparecido, etcétera. Ve mi pena y añade: "Ya no hace falta llorar, no tiene remedio. Se repartirán la región". Cuando añade que, al menos, Líbano arrastrará a Siria e Irán tras ellos, estoy a punto de devolverle las bragas. Pero él tiene sus ideas y yo las mías y, pese a todo, compartimos el dolor y la tristeza y el miedo a las bombas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Maruja Torres, I suposse.
Especialmente pijo -y pelín desaprensivo- el comentario de la lenceria que les gusta a las mujeres veladas.
En fin, que no le falta de nada.

Buen día.

Zelig dijo...

Título alternativo para el artículo:

"Maruja esputa"

Anónimo dijo...

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