El pío pío del faisán

Hace ya bastantes años, el periodista Luciano Rincón se cruzó en la calle con Txomin Ziluaga, dirigente de Herri Batasuna que acabaría siendo expulsado de HB algún tiempo después. Ziluaga fue aquel genio que explicó la posición de los suyos en favor de la despenalización del aborto, porque cada año abortan en Euskadi 3.000 mujeres, en unas condiciones de salubridad en las que peligra, no sólo la vida de la madre, sino también la de la criatura".

El caso es que, al cruzarse, el dirigente abertzale le gritó de acera a acera: "Luciano, txakurra, guau, guau". Contaba después Rincón que era una lástima no encontrar las palabras necesarias hasta unos segundos después del momento preciso: "Un momento después me quedé pensando: '¡Coño, qué raro! Un burro que ladra...'"

Algo así podría pensarse al leer ayer y hoy la excelente información de Ángeles Escrivá en El Mundo: "Coño, qué raro, un faisán que pía..." Abogado, catedrático y amigo de Garzón, José Manuel Gómez Benítez fue el interlocutor número 4 de los designados por el Gobierno para negociar con ETA, 'El hombre que fue jueves', si el Ejecutivo les hubiera asignado los días de la semana, en lugar de fríos números. Una vez sentado, es lo que pasa: "El diálogo corrompe", tal como dijo Egibar en frase memorable, años 90, lo que pasa es que Gómez Benítez, como no era del PNV, carecía de "una envolvente que nos resitúa" y se dejó llevar: con lo caro que nos está costando haberos dado el cante en lo del Faisán.

Después, Gómez Benítez fue nombrado vocal del CGPJ por la parte del PSOE. A mí me parece bien. El primer diputado general de Vizcaya, responsable máximo de la Hacienda Foral, se había ganado la vida hasta entonces como un asesor fiscal. Hace falta una explicación, eso sí, y no parece que Garzón vaya a poder cerrar este caso por mucho que lo desee.