Memoria de terciopelo (3)

© ilustración: Luigi. En realidad es de su hermano pequeño, pero no quiero denuncias por explotar a la infancia

Recuerda José Luis Rodríguez Zapatero ante la grabadora de Suso cómo ha tenido él una tendencia vital a querer la palabra 'lealtad'. Por su abuelo, claro,

"pero indirectamente también con mi padre. Porque mi padre no pudo hacer política, le hubiera encantado, es un alma política. Y no la hizo, la transición le pilló un poco tarde, pero sobre todo por su madre, porque se lo pidió su madre."

Es un poco extraña la actitud de su padre, tal como la describen sus hijos, porque el hermano mayor del presidente, Juan, también se refiere a la imposibilidad de hacer política que atenazaba a su padre por el dictado de la abuela:

"Mi padre, que tiene una vocación política enorme -por qué no decirlo, también yo -, no se mete en política por no violentar ese tema familiar con mi abuela."

Una tercera voz, la de su primo, José Miguel Vidal Zapatero, abunda en esa opinión, aunque ofrece una teoría interesante: su tío no se metío en política, pero en la intimidad de su casa fue pacientemente fabricando un activista:

"¿Que si hay una voluntad en el padre de crear un guerrero? Puede ser. Está bien visto, porque el padre no sale a luchar fuera. Todo el mundo conocía el compromiso político del padre. Pero éste se desenvuelve en los ambientes profesionales y burgueses. No participa de la tontería burguesa, pero es un profesional situado y se lo conoce como tal, se conoce su compromiso político, pero no es activo, no lo exterioriza. Lo interioriza en casa. Lo proyecta internamente. José Luis es el que lo activa."

Es extraño. Todos los que militaron en política contra la dictadura en el bajofranquismo y a mediados de los 70 lo hicieron desoyendo los consejos y advertencias de su madre. No se entiende que un hombre adulto, que tiene su propia familia, desista de algo que lleva muy dentro de sí por imperativo materno. Aquí vuelve a plantearse una abierta contradicción con las confidencias que Zapatero hizo a su segundo evangelista preferido, Juan José Millás:

–Mi hermano era del PC, y muy activo, y mi padre había colaborado con el PC en la clandestinidad. Recuerdo que en mi casa había una multicopista de esas. ¿Cómo se llamaban?

–¿Vietnamitas?

–Eso es, una vietnamita. Pero mi padre ya votó al PSOE en el 77. Marx es un extraordinario pensador y un excelente analista del capitalismo. Pero le falta reflexión sobre la democracia. El monopolio económico produce efectos negativos. El origen de la izquierda se encuentra en los valores de la Revolución Francesa, que es una revolución ciudadana porque se enfrenta a quienes en esos momentos monopolizan el poder: la nobleza y el campesinado. De ahí salen todos los valores de la izquierda. (El País, 23 de julio de 2006)

Es altamente improbable que un abogado establecido, con despacho en casa, tuviera una vietnamita, herramienta de locales parroquiales y grupos marginales. En los años 70, el Partido Comunista editaba Mundo Obrero en offset y se hacía en imprenta. Se nota, por otra parte, que el llamado a ser activista se enredó con la teórica. Zapatero tiene un pequeño galimatías conceptual con la cuestión de las clases en Francia antes de la Revolución. Esto lo explica en el cierre del capítulo: "Las cosas que se aprenden sin estudiar no se olvidan". Se lo explicó un sencillo pastor a orillas del río Cueño.

Él era, sobre todo, un hombre de acción. Así lo explica su hermano Juan:

"Y digo que José Luis tiene un mérito enorme porque no es fácil en ese ambiente familiar, por más que sea progresista y de izquierdas claramente, dar el paso a la política activa. Una cosa es la política de charla, pero de la familia es él quien se mete."

Afiliarse a las Juventudes Socialistas en 1978 tampoco era la gesta de Galán y García Hernández, para qué nos vamos a engañar. Es el año de la Constitución. Él ha cumplido 18 años y se siente 'generacionalmente' llamado a algo grande:

"Y mi generación es la que tiene justo 22 años cuando gana las elecciones Felipe González y es la generación que más ha apoyado al Partido Socialista." [Aquí, evidentemente, ha confundido 'mi generación' con 'mi quinta'].

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El presidente confunde los tiempos y los cargos

Una sola frase, 14 palabras, y en ella le caben dos errores. El primero de ellos es menor, de organigrama e incurre en él voluntariamente, para dar un pellizco de monja a la oposición: "Mariano, no lideras; en tu casa gobierna la sombra de Rebeca". El segundo es de más calado y explica por qué anuncia las acciones de Gobierno en los mítines de su partido: confunde el estado con el gobierno y el gobierno con el partido. El espadón bolivariano no atacó en Santiago de Chile al ex líder de la oposición, sino al ex presidente del Gobierno de España. Él, en rigor, no defendió a uno ni a otro.

Nota.-A lo largo de los últimos días este blog ha recibido más visitas de Venezuela de las habituales. Vaya para ellas un abrazo solidario y sean bienvenidas si quieren expresarse en este espacio.

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Entre Manolo Marín y Pepe Bono era natural que optaran por el segundo