Capitán de madera
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"Por qué" titula Suso su prólogo a 'Madera de Zapatero. Retrato de un presidente' y ya en el título late una posición intermedia entre la pregunta y la respuesta, entre el "¿por qué?" y el "porque". El título es una muestra de inteligencia del autor, porque se anticipa a la pregunta que muy probablemente se hará el lector al terminar el libro, en línea con aquella legendaria crítica de una obra de teatro estrenada en Londres. Se daba cuenta en ella de la fecha y hora del estreno, nombre y dirección del teatro, título de la obra y autor, nombre de los intérpretes, autor de los decorados, responsable del vestuario, de la música y dirección de la obra. La crítica, propiamente dicha, se resumía en una palabra de tres letras: "Why?"

Plantea en los primeros compases el autor "el enigma Zapatero":

"...aunque su personalidad despierta la curiosidad de los suyos y de sus adversarios, sigue siendo un desconocido. Sobre todo porque nos falta conocer su propia versión de sí mismo."

Veamos algunas de las más pintorescas opiniones del autor sobre su personaje:

"Un político que se comunica con las palabras justas... [No, Suso. Te pongas como te pongas, ese es un adjetivo imposible para las palabras de Zapatero. ¿Cómo van a ser justas, o sea, exactas, las palabras de un político que explicó en junio de 2005:
"Las palabras han de estar al servicio de la política y no la política al servicio de las palabras"?].

Zapatero es para su Gepetto

"un personaje que nos recuerda mucho al mito de Arturo, aquel joven que se coronó rey.
El mito es bien conocido: a la muerte de Uther, el soberano, el reino se había sumido en el desconcierto y el desgobierno; los nobles se disputaban el trono, pero sólo aquel que arrancase la espada de la piedra sería el elegido. Pero no fue ninguno de los barones, sino Arturo, un muchacho de origen inc, quien arrancó limpiamente la espada. (...) "pocas veces nos encontramos una trayectoria política que la literatura nos ayude a ver tan claramente." (...)

"Cuando José Luis Rodríguez Zapatero dice que tiene convicciones, está expresando a su manera que tiene corazón" [¿Lo ves, Suso? un par de párrafos después ya estás desmintiendo lo de las palabras justas]."

Zapatero es inocente y ésta es la cuestión,

"el problema que plantea la presencia de la inocencia, o de la convicción [convicción es palabra talismán. Equivale a corazón o a inocencia o, en general, a lo que queramos, como dijo Humpty Dumpty, un precursor. ¡Joder con la polisemia!] en política, es que frecuentemente desencadena en el contrario lo peor: el cinismo. Lamentablemente, el cinismo goza de cierto prestigio entre nosotros. Un día habrá que analizar cómo ese ingenio amargo del cínico, el ácido sarcasmo, sólo es frustración y cobardía. Desde el punto de vista colectivo de un país, el cinismo es estupidez, fracaso y autodestrucción."

Todo el prólogo está lleno de expresiones apodícticas como las anteriores. O como ésta, que deja caer como sin querer:

La utilización de la mentira como forma de gobernar nace de una ideología autoritaria y crea poder opresor. Es la muerte de la democracia, de la libertad.

Presupuestos básicos:

El PP es el unico partido que usa la mentira como forma de gobernar.
El PP es un partido de ideología autoritaria.
El PP ejerció el poder de manera opresora.
El PP quiso matar la democracia y la libertad, pero José Luis no le dejó.

"Os engañan porque son unos mentirosos" (Tasio Erkizia en una campaña electoral)

Volvamos al título del prólogo: ¿Por qué, Suso, por qué?

(Continuará)