Consignas de bombero

Los caballeros de la foto son los bomberos de Madrid, trabajadores de la función pública que ayer se manifestaron en La Bolsa contra los recortes que en su condición de funcionarios van a sufrir en sus nóminas. El diario Público ha reconocido la especificidad de su protesta, porque ha llevado esta hermosa foto a su primera.

Entre sus compañeros que secundaron las convocatorias contra el decretazo de Zapatero y los que, cabreados con el recorte, consideran que los sindicatos convocantes son corresponsables junto al Gobierno del mal que les aflige, los bomberos han seleccionado al verdadero culpable de sus males: el capitalismo, la especulación, la ambición, la Bolsa.

Coincide toda la opinión publicada en este asunto. Ah, aquellos tiempos en que todavía estábamos a tiempo de no incurrir en este déficit y algunos hombres prudentes, incluso socialistas, como el Gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, advertían de la necesidad de una reforma laboral y un piquetero de UGT quiso sellarle los labios con silicona: "¡Que se vaya a su puta casa!"

La culpa de la crisis está en el avaricia de la hormiga. Los mercados causan la crisis, verdad tan evidente como que la vida produce la muerte, que el hecho de respirar nos permite vivir y al mismo tiempo nos consume, nos oxida. El problema es que no hay alternativa, salvo que los bomberos tengan puestas sus esperanzas en un sistema de plan central que tantas jornadas de gloria dio a los países socialistas antes de su muerte súbita. Ya lo había escrito Federico:

"Los ricos dan a sus queridas pequeños moribundos iluminados

y la vida no es noble, ni buena, ni sagrada".