Coherencia argumental

Uno de los reproches que más frecuentemente se hacen al Gobierno desde las filas de la oposición es su falta de criterio y coherencia, sus bandazos permanentes, su manera de contradecirse, negar lo que dijo anteriormente, etcétera.

Estamos en condiciones de demostrar que no es verdad. El presidente Zapatero es un modelo de coherencia intelectual dentro de lo que cabe. Le costó reconocer la crisis, es verdad, pero una vez dado el paso, hecho que debió de suceder hacia el final del primer semestre de 2008, se ha mantenido fiel al mismo discurso: estamos saliendo de la crisis

o hemos salido ya.

La Razón lleva hoy a su portada tres precedentes de la misma declaración. A nosotros nos salían algunos más, Lean estos titulares concordantes:

"Zapatero dice que en marzo (de

2009) se generará 'un volumen muy estimable de empleo'" (El Mundo, 18 de diciembre de 2008).

"Zapatero asevera que España saldrá de la crisis, porque va en un barco sólido. La creación de empleo empezará en la 2ª mitad de 2009". (Efe, 26 de diciembre de 2008)

"Zapatero asegura que España saldrá de la crisis con fuerza." (Cinco Días, 25 de enero de 2009)

"Zapatero afirma que España saldrá de la crisis al mismo tiempo que el resto de Europa". (Onda Cero, el 5 de septiembre de 2009).

"Zapatero: estamos en puertas de salir de la crisis económica con un empleo "más digno y menos precario". En la salida de la crisis se pueden decir dos cosas: "que salimos todos juntos y que los derechos sociales y los derechos de los trabajadores salen reforzados". (La Razón, 14 de noviembre de 2009)

"Zapatero: España saldrá de la recesión a principio de 2010 como máximo". (Expansión, 21 de noviembre de 2009. Reproducido de Der Spiegel).

Dentro de algún tiempo y unas 30 afirmaciones más del tipo "ya hemos salido de la crisis", el PIB volverá a tasas de crecimiento positivas. "¿No lo decía yo? Son ustedes unos profetas del desastre y un desastre como profetas", dirá, tirando de uno de sus quiasmos favoritos. A partir de entonces, tardaremos un tiempo indeterminado en superar la barrera del 2% de crecimiento, por debajo del cual la economía española destruye empleo.

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Todo se pega

Hoy vuelve a ser noticia la situación procesal del juez Garzón. El diario El País da dos titulares sobre el tema: "Jueces de gran prestigio en el mundo quieren testificar para salvar a Garzón", anuncia en portada. La primera página de la sección España abre con el titular: "Juristas internacionales se movilizan para testificar a favor de Garzón". La lectura de los titulares sugiere un movimiento espontáneo de jueces, un revoloteo de togas, un griterío de aforismos que estalla a lo largo y ancho del mundo al tener noticia de que su colega en Justicia Internacional puede acabar sentado en el banquillo.

No es así. El texto de la información de portada sitúa la cuestión en sus justos términos en dos frases planteadas con el orden invertido:

"Un selecto grupo internacional de juristas, significados por instruir causas por crímenes contra la humanidad, ha confirmado su disposición a declarar a favor de Baltasar Garzón en el proceso que le abrió el Supremo. (...) Garzón pide que se cite como testigos a juristas de enorme prestigio"

Parece que incluso en esta perspectiva, los hechos han debido de suceder al revés: Garzón pide ayuda a testigos internacionales. Ésta es una práctica que los justiciables batasunos de Garzón han puesto en marcha en muchos procesos: llamar a los observadores internacionales para alimentar su propaganda de que la democracia española es una dictadura encubierta. Parece que la defensa del superjuez se ha pasado. ¿Van a venir jueces chilenos, argentinos a enseñar al Tribunal Supremo cómo deeben aplicarse las leyes españolas?

Puede que no, que sólo vengan a defender las actuaciones de Garzón en el caso Pinochet o respecto a la dictadura de Videla. No es eso lo que le va a sentar en el banquillo, si tal sucede. Y si el hecho llega a acontecer, los cargos que se le harán no son incompatibles con la bondad de muchas actuaciones pasadas del titular del número 5 de la AN.