Elementos para la reflexión

Los resultados de las elecciones europeas en España han dado la victoria al PP por un margen inequívoco. No es forzosamente el anticipo de lo que votarán los españoles (y las españolas, faltaría más) en 2012, si es que la legislatura llega a su término, pero es un aviso que deberí llevar a los socialistas a la reflexión.

Visto su más comentado video de campaña, cabe preguntar ahora si esa es la imagen que ellos tienen de la representación política de la Unión Europea. La señora francesa que toma café mientras dice: "Je crois à la peine de mort", ¿será por ventura mme. Sarkozy? Hay en el video un actor que se expresa en castellano, se supone que es un empresario español, y dice: "Creo en el despido libre". ¡Toma, y yo! y un primo segundo mío que ha sido despedido de una empresa de estampaciones en la que trabajaba. Por difícil que resulte de creer, tras cinco años de José Luis en el Gobierno, en España hay despido libre. O sea, que si un empresario quiere echar a parte de su plantilla, lo hará, el juez fallará despido improcedente y le dirá al empresario cuantos días de salario debe dar a los despedidos si no quiere readmitirlos. Es así como funciona el tema. El señor del video y yo y mi primo, el estampado, creemos lo que vemos y en los hechos que podemos comprobar, que no es lo mismo que la fe, creer lo que no vimos. Por eso, lo nuestro no es creencia, sino conocimiento. Llama la atención que la acusación de buscar el despido libre haya sido un argumento tan repetido en la campaña socialista y que no haya tenido una respuesta contundente por la parte acusada.

El segundo video también merece una reconsideración

En él se maneja implícita y alegremente una falsedad que en días pasados ha llegado a millones de buzones españoles escrita de manera explícita en una carta firmada por José Luis Rodríguez Zapatero y Juan Fernando López Aguilar: que los conservadores impulsaron una propuesta de directiva para ampliar la jornada laboral a 65 horas y que esa medida fue valientemente abortada (dicho sea sin ánimo de señalar) por los eurodiputados socialistas españoles. Sólo dos detalles: la propuesta no fue realizada por la derecha europea, sino por los laboristas ingleses y los populares españoles votaron negativamente a la iniciativa.

Ha sido una campaña rastrera, pero la responsabilida no se debe distribuir por igual entre los dos grandes partidos. La iniciativa en agresividad, insultos y juego sucio ha sido iniciada por los socialistas y no le ha salido bien. Ni siquiera han salido bien las acusaciones de corrupción y la judicialización selectiva del asunto, precisamente en los dos grandes silos electorales de la derecha: Madrid y Valencia, lo cual no quiere decir que el PP no debería, a su vez, reflexionar sobre ello, aunque Aguirre y Camps hayan mejorado sus resultados.

El Gobierno tendría que replantearse su posición ante la crisis. Su inacción y el achacar la culpa del origen de la misma a terceros en sus orígenes y al PP "por no arrimar el hombro" no han sido argumentos que hayan calado en el electorado. Zapatero debería replantearse incluso lo del Falcon 900. Él mismo ha contruido al arraigo del populismo para el que ya teníamos una cierta predisposición. A los españoles no les gusta el privilegio y no les parece chocante que un parado pueda interpelar al presidente del Gobierno, invitándole a comparar su subsidio con el sueldo del presidente, pongamos por caso. Al pueblo español no le gustan los privilegios y menos si los disfruta uno de los suyos, un 'parvenu', como lo llaman los franceses. Aquí se emplea una expresión más denigratoria: "piojo resucitado". Es probable que los buenos resultados que estas elecciones han tenido para un tipo tan atrabiliario como Berlusconi, sean producto de la envidia. A los italianos, alguien que es y vive como a ellos les gustaría ser y vivir: rico, poderoso, con villas en Cerdeña y rodeado de chicas espectaculares, les suscita admiración. Aquí la envidia se define en los términos estrictos del catecismo: pesar del bien ajeno.

Francisco Sosa Wagner ha sacado escaño y Sastre no. Es una buena noticia por partida doble. UPyD ha obtenido en Madrid el 7%, dos puntos más que IU. Impresionante resultado.