El príncipe de las ucronías

ucronía. 1. f. cult. Reconstrucción lógica, aplicada a la historia, dando por supuestos acontecimientos no sucedidos, pero que habrían podido suceder.

Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Muchos años antes, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre no lo llevó a conocer el hielo. Basta parafrasear mínimamente las primeras palabras de un clásico contemporáneo para construir un monumento ucrónico. ¿Es posible recordar algo que no sucedió como si fuera un acontecimiento positivo? Difícilmente. ¿Es posible recordarlo antes de que no pasara? Rotundamente no, dirían ustedes, sin tener en cuenta que Gabriel García Márquez no es como José Luis Rodríguez Zapatero, que prefiere jugar con las palabras a golpear con ellas.

El País trae hoy unas declaraciones sorprendentes del presidente del Gobierno a propósito del sorprendente caso de los vuelos de la CIA que hicieron escala en España. Resumen de lo publicado: Destapado el monumental escándalo de una autorización de Aznar para que los vuelos a Guantánamo hicieran escala en las bases norteamericanas de utilización conjunta situadas en suelo español, resulta que el documento que publica el periódico no está en los archivos del Gobierno y que el total de vuelos denunciados asciende a once: dos, realizados bajo el Gobierno del autorizante Aznar, uno el 2 de febrero de 2002 y otro, el 28 de octubre del mismo año. Los otros nueve vuelos y sus correspondientes escalas en las bases conjuntas fueron realizados bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, entre el 20 de abril de 2005 y el 13 de octubre de 2006.

El ministro de Asuntos Exteriores se vio obligado a replegar velas durante su comparecencia parlamentaria. Negó que el documento estuviese en su Ministerio, negó que en aquellos once vuelos que hicieron escala en España se hubieran transportado presos a Guantánamo y recordó que, en todo caso, la autorización se habría dado con el amparo de la ONU y de la OTAN, dentro de la operación 'Libertad Duradera' que siguió a los ataques contra las Torres Gemelas.

Ayer, el presidente del Gobierno optó por la ucronía. Preguntado por el asunto en Bruselas, al término de un Consejo Europeo, Zapatero se explicó:

"Tras recordar que su primera decisión cuando llegó al Gobierno en abril de 2004 fue ordenar la retirada de las tropas de Irak, para irritación de la Administración de EE UU, Zapatero consideró "bastante evidente" que Bush "nunca se habría planteado" hacerle una demanda "de ese tipo".

"Nunca se le hubiera ocurrido", insistió, "y, por supuesto, el Gobierno de España tampoco lo hubiera entendido como positivo, ni lo hubiera aceptado".

Chimpún. Examinemos las palabras de Zapatero en relación con los hechos y con el tiempo en que sucedieron. Nunca se le hubiera ocurrido, dice. Sabiendo como las gasto. ¿Y cómo las gasta? En abril de 2004, al día siguiente de jurar su cargo, ordenó a quien todavía no era ministro de Defensa la retirada de las tropas españolas en Irak. ¡Pero eso no podía saberlo Bush en enero de 2002! Faltaban todavía 21 meses para que Zapatero se sentara en el desfile del 12 de octubre de 2003 al paso de la bandera estadounidense.

Pero es que, además, Él ordenó la retirada de las tropas españolas porque aquello era una guerra ilegal que no contaba con el amparo de las Naciones Unidas y las operaciones bélicas contra Afganistán de 2002 sí contaban con ese amparo y con el de la OTAN. En enero de 2002 habían pasado cuatro meses desde el 11-S en Nueva York, el mundo estaba conmovido (bueno, casi todo el mundo) por aquel ataque, no existía la guerra de Irak, ni se conocía Abu Grahib, ni se habían producido torturas en Guantánamo. No es que la gente mirase hacia otro lado: no se habían producido los hechos.

Pero hay una razón que anula todas las anteriores y viene a dar la razón a José Luis en la textualidad de su pompa de jabón: "A Bush nunca se le hubiera ocurrido". ¡Cómo se le iba a ocurrir (ni siquiera a Bush) pedir semejante permiso a quien sólo era secretario general del PSOE! El último detalle ucrónico es que el propio Zapatero parece considerarse sólo secretario general del PSOE en el tiempo en que los nueve vuelos tomaron tierra en suelo español. ¿Puede un gobernante alegar ignorancia de lo que una potencia extranjera hace en suelo nacional durante su mandato? Ojos que no ven, ya se sabe, pero una vez conocidos los hechos, es de suponer que José Luis habrá hecho saber al saliente Bush cómo las gasta, instruyendo al eficiente Moratinos para que plantee el oportuno incidente diplomático.

Señor, dános Tu fortaleza.