El discurso

Santiago González

Uno de los clásicos navideños que aún conservan su vigencia en unas fiestas que el esnobismo de algunos pretende reconvertir en solsticio de invierno, es el discurso del Rey, la alocución que cada nochebuena dirige a todos los españoles. El de la pasada noche del lunes hacía el número 32 de la serie, el 30, si empezamos la cuenta desde el año en el que celebramos las primeras elecciones democráticas de nuestras vidas. Hay que ver cómo pasa el tiempo, podríamos decir para hacer una observación profunda sin dejarnos llevar por los tópicos coloquiales en los que tanto se incurre en fiestas como éstas.

Durante unos cuantos años, los primeros, no presté al discurso real la atención que habría de merecer, pasado el tiempo. Normalmente era un runrún amable que acompañaba adecuadamente los prolegómenos de la cena familiar. El augusto orador expresaba sus buenos deseos globales para la ciudadanía y esa alocución compaginaba muy bien con un paisanaje inundado él mismo de buenos deseos.

El otro clásico de estos días es el desfase entre el hecho y su publicación. Como ayer no hubo periódicos, la prensa del 26 reproduce una noticia del 24. El gap es aparente, porque el discurso ha sido citado, glosado, analizado y repetido hasta la saciedad por radio, televisión y medios digitales.

¿Por todos? No. Hay alguna aldea mediática que resiste ahora y siempre al invasor. Una vez más, ayer, la Televisión Pública vasca volvió a reproducir el milagro de la transustanciación informativa del discurso del Rey. ETB, en su tradición, no retransmitió el discurso real el día 24, pero, oh, sorpresa, ayer convirtió en asunto informativo las críticas a un hecho que la víspera no había merecido un triste titular. Las críticas eran positivas en el PSOE y el PP, negativas entre los nacionalistas, salvedad sea hecha de Josu Erkoreka, que ponderó justamente el llamamiento real a la unidad contra el terrorismo. No dijo ante, bajo, cabe, con, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, so, sobre, ni tras. Dijo ‘contra’. Y tenía razón.

-------------------------------------------------------------------------------------------------

El nudo gordiano

Aproximadamente a la misma hora en la que el Rey comentaba que

"La lucha contra el terrorismo reclama, sin duda, unidad. Sus crímenes, amenazas y extorsiones siguen presentes. Suponen un inaceptable ataque a nuestros derechos y libertades (...) Necesitamos cuanto antes una cultura de unidad que haga efectivo el compromiso de todos los demócratas para acabar definitivamente con el terrorismo".

ETA hacía explotar un artefacto con cinco kilos de explosivos en la Casa del Pueblo de la localidad vizcaína de Balmaseda. La bomba no causó heridos, aunque los daños materiales en la sede socialista y viviendas colindantes fueron cuantiosos. Era ayer un día para la solidaridad con el PSE y los balmasedanos afectados por la explosión. A partir de hoy, además de expresar dicha solidaridad sin restricciones y la condena, también irrestricta, de los terroristas, es de esperar que quienes dirigen el socialismo vasco y el español saquen las conclusiones adecuadas, ninguna de las cuales puede ser ésta.

Pernando Barrena avisó la víspera:

«Hasta aquí habéis llegado. Por aquí no pasaréis. Es hora de fijar una clara línea roja y por lo tanto de poner límite a la idea de que todo vale contra Euskal Herria. Es hora de que Euskal Herria responda políticamente, de que se vaya preparando para responder en la misma medida de los ataques que sufre».

Unas horas después de la explosión, el lehendakari Ibarretxe y el obispo de San Sebastián volvía a mezclar indecentemente un ajo arriero en el que revolvían la sangre de las víctimas inocentes con las condenas de sus asesinos. Ibarretxe decía:

"Amenazas, extorsiones, ilegalización de fuerzas políticas, sentencias judiciales que de jurídicas tienen poco y de impulso político tienen mucho, dispersión de presos, muerte de sus familiares en accidentes cuando van a visitarlos a las cárceles. Vegación del diálogo... Nuevamente la espiral sin fin"

Monseñor Uriarte, por su parte, muy entonado:

(No podemos) "pasar estos días hogareños del deber que tenemos de hacer cuanto esté en nuestra mano por las familias que han sido víctimas de terribles asesinatos que nos avergüenzan a todos (...) ¿Cómo no llorar con los que han perdido un hijo en un accidente de carretera? ¿Cómo no ofrecer los servicios adecuados a las familias que sufren por una separación conflictiva? o ¿Cómo olvidar a las centenares de familias guipuzcoanas que echan especialmente de menos a un miembro en prisión y a las que un nudo en la garganta les ha impedido cantar en la mesa navideña el "Ator, ator, mutil etxera".

Los asesinados, las víctimas de accidentes de tráfico, los separados, los malcomidos (aportación de Karlos Arguiñano), la soledad de los asesinos en sus celdas. El dolor como un nudo gordiano.

-------------------------------------------------------------------------------------------------

Senderos de gloria, medio siglo

Ayer, tal como recordó con mucha justeza el remero Triquiñuelas, cumplió 50 años Senderos de gloria, la obra maestra de Stanley Kubrick. Por muchos años que pasen, secuencias como la que muestra el video no podremos olvidarlas jamás.