En ¡Basta Ya!

Deconstrucción del cocido maragato

Santiago González

La coincidencia de la portavoz del Gobierno vasco, Miren Azcarate, con el portavoz de Batasuna, Pernando Barrena, al rechazar lo que la primera calificó de “recetas del pasado” y el segundo “recetas ya conocidas que han fracasado” es un asunto sumamente interesante. No tanto por la afinidad ideológica que revela, como por una coincidencia más importante en la vida de los vascos y las vascas: la cocina vasca de ahora mismo.

Hace algún tiempo publiqué un artículo sobre el cocido maragato como metáfora política. Como sabrá la mayoría de los lectores, esta reliquia de la cocina leonesa es un cocido de garbanzos invertido: se comen primero las carnes, después los garbanzos y la verdura y, por último, la sopa. Cuenta una de las leyendas que este plato debe su origen a unos soldados que defendían la plaza de Astorga en la Guerra de la Independencia. Habiéndose preparado un cocido y temerosos de un ataque enemigo, dieron en comerlo empezando por la mayor ingesta proteica, por razones prácticas.

Veía uno en ello una cierta analogía con la inversión del protocolo en los congresos que el Partido Socialista celebra desde el año 2.000. Hasta entonces, se sometía a votación la gestión de la Ejecutiva, se discutía y se aprobaba en su caso (que solía ser el caso) la ponencia política y, finalmente, se votaba la nueva Ejecutiva y los demás órganos de dirección.

Un ejemplo. En 1979 se cumplieron cien años de aquel 2 de mayo en que el tipógrafo Pablo Iglesias fundó el PSOE en una taberna de la madrileña calle de Tetuán (Casa Labra). En el XXVIII Congreso del Partido, celebrado en torno a dicha efemérides, Felipe González presentó una ponencia política en la que se apeaba el marxismo de la definición ideológica. Allí fue Troya. González fue contestado, perdió la votación y renunció a presentar su candidatura por una razón de coherencia. Los pasillos del Congreso se convirtieron en un río de lágrimas de los delegados que habían votado por la permanencia del marxismo. Los ganadores del debate sobre la ponencia fueron incapaces de proponer una Ejecutiva coherente con la definición y se encargó de dirigir el partido una gestora presidida por Federico Carvajal.

Cuatro meses más tarde se celebró un congreso extraordinario en el que los delegados se envainaron sus veleidades marxistas de mayo para aclamar la vuelta del líder. Esto habla a favor de Felipe González como dirigente, pero no tanto del arraigo de las convicciones de las bases. Es triste, pero es así la vida.

Desde hace siete años, el PSOE celebra congresos maragatos. Primero eligen al secretario general. Después aprueban la ponencia, y por último, refrendan por aclamación la Ejecutiva que les propone el líder. Como comprenderán fácilmente, no tendría mucho sentido desautorizar la ponencia ni juzgar la gestión de la Ejecutiva saliente si lo primero que se ha hecho es votar al que la encabezaba. Empecemos por la ingesta proteica, que no sabemos lo que nos depara el futuro y una vez elegido el líder, ¿quién tendrá interés en que lleguemos a tomar la sopa?

Tras las elecciones del 27 de mayo, la España plural y diversa ha superado la fórmula estricta del cocido maragato para adaptarlo a las variadas cocinas regionales españolas. Las recetas del presente y el futuro, por usar la terminología de Miren y Pernando, han alterado la lógica de las campañas electorales, en las que los partidos explicaban sus respectivos programas a la ciudadanía y les pedían su adhesión. Ahora se trata de pedir primero la adhesión para ver qué pueden hacer con ella después del recuento.

“Navarra será lo que quieran los navarros (y las navarras, claro)” es todo lo que se ha podido oír a los socialistas durante la campaña electoral sobre sus intenciones poselectorales. “Creía que íbamos a ganar los de derechas y resulta que hemos ganado los de izquierdas”, es, por el momento, la posición de María Antonia Munar, el trozo de embutido que completa el cocido que se deconstruye en Baleares, aunque no se descarta que se inviertan los términos de la reflexión, depende de quién pague más. Lo que no cambiará es su condición de mujer fuerte de lo que venga, que será lo que ella quiera.

Los votantes deberíamos empezar a sindicarnos para denunciar tanta estafa, tanto cambalache, tamaña usurpación de la voluntad popular.

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Zapatero culpa de la ruptura de la tregua a

"los más descerebrados" de ETA

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Sabíamos que había una ETA buena y una mala, una ETA de Txomin Iturbe y otra de los Troitiños. El presidente bdel Gobierno nos descubre que hay una ETA lista y una ETA tonta.

Atención, pregunta: ¿Hay una ETA con más cerebro con la que merece la pena seguir intentándolo? La ETA inteligente que era partidaria del 'proceso', ¿hará algo contra la ETA de los tontos que ha abortado la pazzz? ¿Será expulsado 'Txeroki' por 'mino' y por memo? Si la ETA de Ternera no ha engañado al presidente, haciéndole creer que iba a dejar las armas sin contrapartidas políticas, ¿empleará el Estado de Derecho todos sus instrumentos contra los más descerebrados para eliminar obstáculos en el camino de la pazzz?¿Proseguirán los esfuerzos de Eguiguren?

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Frases que exigen cincel y mármol

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«Quien se ha equivocado siempre ha sido ETA, de manera inaceptable y no hay ninguna posibilidad de que un demócrata se equivoque frente a la banda». (José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno, ayer a los periodistas, con su proverbial procedimiento epistemológico)

Detectada por Porka miseria con su desarrollado instinto de buscador de trufas.

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