Un encantador sentido del humor

El presidente del Gobierno tiene siempre a flor de labios lo que Françoise Sagan habría llamado 'un certain sourire', en estricta correspondencia con el encantador sentido del humor que tiene a flor de alma. Una sonrisa como la que luce en la comparecencia de ayer, a la que corresponde la foto. No es una comparecencia en el Senado, después de la aportación de la senadora Pajín, para que los senadores se puedan expresar en el la Cámara alta en la lengua en la que peor se expresan. La idea de que el presidente tuviese que comparecer con pinganillo para entender las intervenciones en las lenguas cooficiales era un coste no asumible por los proponentes, que dejaron los plenos fuera de la buena nueva de este Pentecostés laico. Ésta es una manera de hacer muy socialdemócrata: la puntita nada más. A falta de conocer el momento exacto en el que el presidente se lleva el pinganillo a la oreja, podría ser para entender la pregunta que le realiza el corresponsal de La Vanguardia.

Dirán que es una broma, que el presidente se pone el adminículo porque comparece junto al chico de Hafez al Assad, que ha sacado lo mejor de papá en la gestión de la dictadura siria. Y tendrán razón, pero es que es obligatorio tratar de superarnos para estar, no ya a la altura del presidente, algo imposible, sino para no desmerecer. Zapatero fue preguntado ayer sobre el coste de la financiación de la deuda española, tuvo ese increíble sentido del humor, sólo comparable a su legendario don de la oportunidad. Y dijo:

"Creo que nos hemos acercado bastante en cuanto al diferencial en relación con Alemania y espero, confío, en que vamos a superar ese diferencial el próximo miércoles".

Se refiere, como es obvio al partido de semifinales de la Copa del Mundo de fútbol que enfrentará mañana a las selecciones de Alemania y España. Lo que pasa es que aquí no hay diferencial. No ha habido partido de ida. Los dos equipos saltarán al campo con once jugadores y el marcador con el resultado 0-0. Así estaba el diferencial entre los bonos de España y Alemania, tras la llegada del euro.

Ayer, mientras así hablaba Zapatero, el diferencial volvió a rebasar los 200 puntos. La sesión se había iniciado con 194 puntos y cerró con 206,5: España tiene que ofrecer una rentabilidad del 4,67% para colocar sus bonos a diez años, mientras Alemania puede permitirse pagarlos al 2,54%.

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