El huevo sigue creciendo

Varias decenas (El Mundo) medio centenar (El País) un centenar (Público) de estudiantes independentistas impidieron el normal desarrollo de una conferencia de Rosa Díez en la Universidad Autónoma de Barcelona. Hace diez días, una veintena de ellos habían intentado boicotear una conferencia de Ibarretxe. Hace tres años habían sufrido parecidas muestras de intolerancia Arcadi Espada, Jon Juaristi y Fernando Savater.

Si llamaron 'torturador' a Ibarretxe, no ha de sorprender demasiado que insultaran a Rosa Díez como 'fascista' y 'asesina'. A la puerta del Aula Magna tuvo lugar este diálogo entre un agente y un alborotador, alevín de somatén, camada negra:

-No empujéis..

-Los dos tenemos órdenes: tú, de hacer que dé la conferencia; yo, de impedírselo. La diferencia es que yo no cobro.

El decano de la Facultad de Ciencias Políticas, Salvador Cardús intentó hacer como sus homólogos en alguno de los casos citados: suspender la conferencia. La determinación de la diputada solitaria, que había sido invitada por Joaquín Molins, llevó a buscar un aula más pequeña. El decano lo explicó así:

"Nos gustaría garantizar el ejercicio de la libertad de expresión. Este decanato lamenta de forma profunda no poder garantizarlo. Sintiéndolo mucho, pero por razones de seguridad, nos vemos obligados a evacuar la sala".

No se entiende bien cuánto les gustaría garantizar el ejercicio de la libertad de expresión y por qué no llamó al departamento de Interior para que cumpliera con su deber de garantizarla. La conferenciante y la institución llegaron antes que las crías del tripartito al aula en la que finalmente impartió la conferencia: Díez ya estaba dentro con una reducida muestra de público cuando acudieron ellas, y las puertas estaban guardadas por agentes de seguridad.

A la salida, más de lo mismo: gritos, pintura roja que alcanzó al decano tal como se ve en la foto, piedras, salivazos, papeles e insultos y zarandeo del coche hasta que se marchó. En Cataluña se está incubando pacientemente el huevo de la serpiente que en Euskadi ha llegado a alcanzar el tamaño que conocemos, gracias al fanatismo de los principales responsables, a la dejación de responsabilidad de otros y a una actitud más dificílmente explicable de terceros. El diario Público, en el mismo día en que su director hasta hace 24 horas era nombrado secretario de Estado de Comunicación por el Consejo de Ministros y Ministras, mantuvo en la portada de su página web el siguiente titular:

Así informó Izvestia -¿seguro que se escribe con uve?- hasta las once de la noche, que yo sepa. Al menos los 50 primeros comentarios estuvieron inducidos por ese titular. Esta mañana, ya con 71 comentarios, había cambiado:

Pequeños desajustes del poder. Si en el mismísimo Presidium existen las contradicciones (en el seno del Pueblo) sobre lo que se le ha pedido a Hugo Chávez, si información o explicaciones, ¿cómo ha de extrañar esto en su órgano de expresión? Ha de tenerse en cuenta que ayer era un día crítico, de interregno, lo que sin duda contribuyó a este desajuste. De los dos titulares, a mí lo que más me ha llamado la atención es la ambigüedad del primero, una sutileza que podríamos llamar 'gallega', en el peor sentido de la expresión. Las cosas habrían quedado mucho más claras con este titular:

La Autónoma de Barcelona le ajusta las cuentas a Rosa Díez

O tal vez:

Rosa Díez recibe su merecido en la Autónoma de Barcelona,

aunque este último se hubiera prestado a interpretaciones y a acusaciones de inveracidad, porque, después de todo, se escapó indemne.

A pesar de la presencia de mossos d'Esquadra durante el desarrollo de los hechos, no hubo detenidos. A la hora de escribir este comentario, la portavoz de UPyD no ha recibido llamada alguna del conseller de Interior de la Generalitat, Joan Saura, ni de miembro alguno del Govern. Sí recibió una llamada de la vicepresidenta primera del Gobierno, Mª Teresa Fernández de la Vega.

Nota al margen: También ayer, el mismo diario daba cuenta de la discusión que con gran aparato eléctrico mantuvo Julia Otero en su programa de Onda Cero con Arcadi Espada. Lean aquí la noticia y disfruten del relato en general y de esta transcripción de las palabras de Espada en particular:

"Tiene usted una ventaja, que es usted la conducator de este programa, que es como llamaban a Chauchescu en Rumanía".

Espada había querido que se le entendiera Ceaucescu, pero la memoria histórica no permite a las nuevas generaciones mantener el recuerdo de las cosas más cercanas. Santiago Carrillo, que tiene predicamento en ese diario debería explicarles cómo se escribe el nombre del amigo rumano fusilado (tan inicuamente como había vivido) en diciembre de 1989, un tipo rumboso que en 1977 le había regalado un 'Cadillac'.