El efecto especular de Obama

A estas alturas todo el mundo conoce los hechos: el presidente Zapatero viajó con su familia a EEUU, aprovechando su intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y su participación en el G-20 en Pittsburgh. En uno de los momentos de su estancia en Nueva York, Los Zapatero al completo posaron junto al matrimonio Obama en el Metropolitan.
Posaron para la foto con el hombre más poderoso del mundo, pero luego se hizo lo posible y lo imposible para impedir la publicación de la misma. Si Zapatero no fuese tan laico habría leído en el Evangelio de San Mateo: "Nadie enciende una vela para esconderla debajo de un celemín". Evidentemente, tampoco Mateo conocía a Zapatero ni se había inventado la socialdemocracia realmente existente, ese espacio privilegiado para la exhibición de los sentimientos.
Belisario apuntaba ayer un malévolo parecido entre la foto que ilustra este comentario y el posado de
la familia Adams, quizá inexistente. Tal vez vistieron de negro para sintonizar cromáticamente con la familia Obama. Recuerden que La Moncloa ha insistido en un par de ocasiones sobre
el asombroso paralelismo entre los dos líderes planetarios: ambos nacieron un 4 de agosto, son altos y delgados, a los dos les gusta el baloncesto, tanto uno como otro son amantes de Borges, les gusta internet y los dos tienen dos hijas.
Dos líderes con tal nivel de semejanzas estaban fatalmente condenados a encontrarse. Zapatero, al llevarse a su familia a EEUU, ha establecido un efecto especular con Barack Obama. Lástima que la primera familia estadounidense no compareciera al completo, con Sasha y Malia con el fin de hacer el paralelismo más estricto.
Todo padre tiene derecho a administrar la intimidad de sus hijas de puertas afuera. Nada tendría que oponer a la acerada carta que los Zapatero Espinosa escribieron a la directora de 'Diez Minutos' por haber publicado la foto de las niñas en la cubierta de un barco de recreo en el verano de 2004. No se corresponde con los usos dominantes en las democracias occidentales. Los dirigentes, pogamos Obama, se muestran al público acompañados de su familia, como diciendo: "Éste soy yo y éstas mis circunstancias. Vótennos". Ningún reparo, sin embargo a un líder que quiera sustraer a su familia de un ámbito que, en rigor, sólo ocupa él.
Lo que empieza a complicar el relato son las contradicciones. El candidato Zapatero había recurrido a sus hijas como elemento de la campaña electoral que les llevó a la Moncloa. Hizo saber en mítines y entrevistas que sus hijas le habían preguntado: "¿Verdad, papá, que los de izquierdas somos los que nos preocupamos por los demás, mientras los de derechas sólo se preocupan por ellos?" Contó, cómo, al llegar una noche a casa, fue al cuarto de sus hijas, las vio dormidas y entonces comprendió que tenía que retirar las tropas de Irak. Un padre preocupado por preservar la intimidad de sus hijas no le cuenta a un camarero que su
vástaga mayor ha entrado en la era de la fertilidad. Lo contó Raúl del Pozo, testigo presencial,
el 8 de febrero de 2007 .
Ésta es la clave del exhibicionismo sentimental socialdemócrata y la clave de los comportamientos de Zapatero: la permeabilidad. Ahora sí, ahora no. Ser y no ser al mismo tiempo. Como practica obscenamente el exhibicionismo reivindicando el derecho a la intimidad. Llevo a mis niñas a posar con Obama, pero trato de impedir que se publiquen las fotos. Es como hacer fotos a una modelo con burka. Y en los nombramientos, lo mismo. Vamos a ser rompedores: la primera ministra de Defensa en la historia con un bombo de siete meses, pero denunciaremos los comentarios machistas de quien se atreva a criticar el nombramiento.
Zapatero, que
en la biografía que le escribió Suso de Toro se reía del "complejo retardado del nacionalismo español", consistente en "agarrarse, para salir del rincón de la historia, sometiéndose (risas), ¡al imperio americano! (Más risas)", parafrasea ahora a John F. Kennedy en su discurso de toma de posesión: "No se trata de ver qué puede hacer el presidente Obama, sino de cómo podemos nosotros apoyar al presidente Obama (...) si obama tiene éxito en la presidencia norteamericana, el mundo tendrá éxito". Hace aproximadamente once meses decía:
Lo mismo te reivindica un socialismo multilateral que el capitalismo en un solo país. ¡Joder, qué tío!