31 diciembre, 2010

Es como un don



Hubo en mi pueblo un hombre llamado Hipólito Martínez. Fue el primer rachel que estudió dos carreras universitarias, allá por los años treinta. Sus convecinos le llamaban, como lo habían hecho desde que era niño, por su hipocorístico: Poli. Un día, su padre interpeló a alguien que acababa de referirse a él así.
"Coño, Poli, a ver si os enterais de que mi hijo tiene dos dones, que para eso ha estudiado dos carreras". En aquel tiempo, el tratamiento  era privativo de la gente con estudios, no forzosamente universitarios. En los pueblos se llamaba de 'don' (o doña, naturalmente) a las fuerzas vivas: el cura, el médico, el maestro, el farmacéutico. El personal común era tratado de señor (o señá) seguido del nombre, no del apellido. Era también un tratamiento de respeto, que admitía el acompañamiento del hipocorístico (la señá Paca). Así, la comadrona era la señora Paula y el carnicero, el señor Alberto, aunque luego le llamaban 'el Dientes'.

El caso es que la reivindicación de su padre no cayó en tierra baldía. A partir de entonces y hasta el fin de sus días, en Covarrubias se le llamó 'Don Polidón'.

No es que el ministro de Fomento del Gobierno de España haya cursado dos carreras, pero la señora Valenciano debería tener en cuenta la anécdota, no fuera a ser que el pueblo soberano aceptara la regañina y vaya a ser peor el remedio que la enfermedad. 

En la historia heptamilenaria del pueblo vasco hemos tenido un presidente del Consejo General Vasco, órgano preautonómico que encabezó Ramón Rubial y seis lehendakaris, uno de ellos en el exilio, o sea, virtual. De estos seis, cinco han sido nacionalistas y uno socialista, casualmente el único que firma solemnemente con su nombre familiar, Patxi, quizá por subrayar el vasquismo inherente. Los lehendakaris nacionalistas se hicieron llamar, por orden de intervención: José Antonio (Aguirre), Jesús María (Leizaola), Carlos (Garaikoetxea), José Antonio (Ardanza) y Juan José (Ibarretxe).

Entre sus compañeros de partido hay muchos que usan en público (o el público usa con ellos) nombres familiares. Recuerden a don Txiki Benegas en diminutivo o a don Pepote Rodríguez de la Borbolla, en el capítulo aumentativo. Ninguno de los dos se considera insultado al ser llamado así, pero sea. Siempre he creído que cada cual tiene derecho a su propio nombre, algo que niegan desde lados opuestos. Arzalluz se vengaba de quienes se le oponían negándoles el fuego sagrado de la grafía vasca y castellanizando sus nombres en los artículos que escribía en 'Deia': Juan Juaristi, Pacho Unzueta y así. 

Elena Valenciano tiene, como se ve, un criterio más ecléctico: un ministro no puede llamarse 'Pepiño', pero un lehendakari sí puede llamarse 'Patxi'. Ella, según confesión propia, despertó a la conciencia social y a la lucha de clases cuando a los cinco o seis años se dio cuenta de que había niñas ricas  y pobres. Lo cuenta en un comentario de su blog titulado 'De cómo los Reyes Magos despertaron mi conciencia social'. Y republicana, podría haber añadido en un perfecto cierre argumental y biográfico. Otra hermosa lágrima socialdemócrata. Sin embargo, sigue creyendo que los nombres familiares de algunas nacionalidades son más respetables que los de otras. Es normal. Leire Pajín ya ha advertido que (el aprendizaje de) ser ciudadana es para toda la vida.

Hermann Tertsch ha escrito hoy sobre esto. Para comprender que doña Elena ha inaugurado con ese magnífico "no toleraremos" el embudo protocolario, baste ir a las reseñas periodísticas de las ruedas de prensa de los viernes para consultar el vademécum de insultos de doña María Teresa Fernández de la Vega como portavoz del Gobierno, las de los lunes de don José, como secretario de organización del PSOE, o, más sencillamente, el 'tontos de los cojones', que llamó don Pedro Castro a los votantes de la derecha.



30 diciembre, 2010

Qué culpa tiene el tomate (y V)
Recapitulando



Vayamos pues al grano. En Internet hay una página de recogida de firmas contra las descargas ilegales. No figura en ella ningún responsable de la iniciativa. Por el lenguaje empleado parece una autoconvocatoria. Los internautas decentes se encontraron en la calle tras la derrota de la Ley Sinde y se pusieron a correr espontáneamente. Sin necesidad de un Forrest Gump que se pusiera a la cabeza. “No somos anónimos y somos más”, dice el encabezamiento, seguido del siguiente texto:

“Los  2.625* Internautas que hemos perdido nuestro (puesto de) trabajo y nuestro dinero, o podemos perderlo, a causa de los millones de descargas no autorizadas, te pedimos que nos ayudes a evitarlas.”

Y luego las firmas. Hay entre ellas algunos amigos míos a quienes tengo afecto, respeto y hasta admiración. He visto las de Arcadi Espada, Xavier Pericay y Jorge Martínez Reverte. Me resulta familiar el efecto mariposa: un millón de mariposas baten sus alas en China y 2.625* personas pierden su puesto de trabajo en España. Ni Arcadi, ni Xavier ni Jorge van a perder sus trabajos por las descargas, que yo sepa. Muchos de los firmantes, sí: músicos, compositores, guionistas, scripts, directores de fotografía, todos los oficios del cine y muy principalmente, dueños de videoclubes. 

En la lista hay economistas, abogados, mediadores de seguros, profesores de yoga, instaladores de aluminio, soldadores, camareros, profesores, conductores, dependientas, una mujer que trabaja en los servicios de limpieza, peluqueros, albañiles y así. El primero es un estudiante y entre los cuatro últimos hay una jubilada, un albañil y un 'logística' ¿? Como escribió el poeta baracaldés Gregorio San Juan: “Estos son los nombres, estos los oficios./ Yo no me he inventado nada,/ están sacados de la reglamentación siderometalúrgica”.

Qué decir de la pérdida de los puestos de trabajo de quienes no lo tienen o están blindados porque se declaran: amas de casa, jubilados, estudiantes o funcionarios… Es una impostación del victimismo. La lista de abajofirmantes es un viejo recurso que no requiere capacidad descriptiva ni veracidad. Al principio fue con pegatinas y tenían un carácter autoincriminatorio, yo también las llevé: “Yo también he abortado”, “Yo también soy adúltera”.

El ‘como sea’ que acuñó en su primera legislatura el Adolescente (© Arcadi Espada) se ha extendido por toda España. Jamás encontramos un reparo a quien nos da la razón. Al parecer no hay objeción que oponer a la Ley Sinde. A mí se me ocurren tres: 
1.-Es una chapuza jurídica que trata de colar de tapadillo algo que merecería un debate serio y una reforma en consecuencia de la Ley de Propiedad Intelectual, no la puesta en marcha de ocurrencias sucesivas. 
2.-Es, por otra parte, un colgajo inadecuado de una Ley tan Improbable (la Ley de Economía Sostenible) que el día de su aprobación era una carcasa descarnada, por haber sido aprobado mediante decretos-leyes. El PP perpetró un precedente, al colgar de una Ley de acompañamiento de presupuestos en diciembre de 2003, una revisión del Código penal para prescribir penas de cárcel contra quienes convoquen un referéndum ilegal. Pero nunca nadie había recurrido tantas veces a triquiñuelas con el fin de evitarse el debate parlamentario y usar las leyes para aquello para lo que no están escritas.
3.-Por último, la ministra impulsora no ha sido capaz de concitar el consenso suficiente para hacerla aprobar en la Comisión.

 La ministra Sinde no cree que en el rechazo de su Ley tenga alguna responsabilidad. Ha creado un artefacto jurídico que otorga poderes judiciales sobre el cierre de webs a una comisión creada en su propio departamento, aunque sus decisiones deban ser posteriormente ratificadas por un juez. Cabe plantearse si la comisión puede ser la misma que reparte las subvenciones. puestos a ello, más vale adoptar un criterio de racional y ahorrar dietas dentro de lo posible. La ha presentado a cuerpo gentil en el Congreso.

El vicepresidente 1º del Gobierno habló del asunto el martes pasado, durante un almuerzo con el Círculo de Empresarios Vascos y lo hizo con tono sobrado, atribuyendo a sus contradictores un arrepentimiento inexistente: "Después de haber votado contra la Ley Sinde se han dado cuenta de lo buena que es". Rubalcaba es un artista en el manejo de la propaganda. El domingo, 26 de diciembre, opinaba en El País: “A ver si de esta derrota podemos sacar un consenso”. Está seguro de que algo se podrá hacer con los 'cobardes' que no se atrevieron a votar la Ley por miedo a los internautas. El maniqueísmo de siempre: ellos se mueven por sus intereses; nosotros, por nuestros ideales y por los intereses generales. Mientras, acusamos a la oposición de ser partidarios de las descargas. Es probable que tengan razón, pero el PP no tiene miedo a los internautas, sino a la peña de la ceja, a que le hagan otro 'Hay motivo'.

La secuencia de Rubalcaba está invertida. Debería haber pensado: si esta chica hubiera buscado el consenso quizá habríamos podido evitarnos la derrota. Ayer, El País daba cuenta de la buena nueva consensual. Los socialistas están dispuestos a negociar, aunque siguen ofreciendo un contrato de adhesión: el canon digital no se toca y el carácter urgente del procedimiento y la presencia de la comisión en el mismo, tampoco. Es decir: ofrecen al PP la posibilidad de rectificar. El zapaterismo no está acostumbrado a la transacción. Ellos han llegado al poder para que la oposición arrime el hombro, para que les apoyen sin más.

Todo esto parece muy normal a demasiada gente en la España de hoy. Tanto como lo fue en su día la desaforada defensa de Garzón, por sindicalistas, columnistas, algún juez y ex fiscales, que denigraban al Supremo. Bastaba ser partidario de la Memoria Histórica para dotar a Garzón de inmunidad y convertir en prevaricador y en facha al padre de Justicia Democrática, Luciano Varela o a un progresista de primera hora como Joaquín Giménez. 

Arcadi Espada publicó un excelente artículo costumbrista el pasado 23 de diciembre pero hay en él una palabras preocupantes: 
“Nada de eso: una de las más terribles adicciones (se refiere al tabaco) ha desaparecido casi con suavidad, por una simple decisión de los gobiernos. Los gobiernos siempre pueden más de lo que quieren hacer creer. Se trate del tabaco, la ilegalización de los partidos terroristas o la persecución del robo digital.”
O decretar el Estado de Alarma para hacer frente a una huelga de controladores, o sea, gobernar mediante la excepción. Pero quedémonos con las últimas palabras: "la ilegalización de los partidos terroristas o la persecución del robo digital". 

Hombre, hombre, habría escrito mi admirado Arcadi en circunstancia como esta. Frente al procedimiento sumarísimo de la Ley Sinde, observemos el riguroso respeto al procedimiento seguido en la ilegalización de Batasuna:

La Ley de Partidos fue aprobada el 4 de junio de 2002. Es de notar que el PP contaba con mayoría absoluta (184 escaños) y pudo haberla sacado con sus votos. Pero prefirió negociar y obtener un consenso apabullante: el 95% de los diputados la respaldaron. El 12 de marzo de 2003, ante un recurso de los interesados, el Tribunal Constitucional avaló la constitucionalidad de  la Ley. Quince días más tarde, Batasuna y sus marcas, HB y EH, fueron ilegalizadas por sentencia del TS del 27 de marzo de 2003. Recurrida la sentencia ante el TC, este la avaló  por unanimidad  el 16 de enero de 2004. Recurrida nuevamente por los ilegalizados, el tribunal Europeo de las Derechos Humanos rechazó el recurso  y le dio el espaldarazo final el 30 de junio de 2009.

Hay una preocupante mayoría partidaria de la vía de los hechos y dejarse de tiquismiquis. Qué más da que Garzón no tuviera competencias para asumir una investigación que tampoco realizó sobre las desapariciones del franquismo, que haya escrito los autos más chuscos de la historia judicial española,  que no se inhibiera al caer en sus manos un caso contra el banquero que acababa de pagar su curso en Nueva York. Quien se oponga a ludibrios como estos es partidario del franquismo y no quiere entregar los restos de sus abuelos a miles de nietos. 

Si estás contra la Ley Sinde es que eres partidario de las descargas ilegales y quieres quitarle a Miguel Bosé el pedazo de pan que se gana con el sudor de su frente En el bando de los enemigos de las descargas no he leído una sola opinión contra la Ley Sinde, salvo el más madera citado de Espada y Savater. Lo mismo pasó con el primer estado de alarma de nuestra democracia por una huelga de controladores aéreos. Es uno de los rasgos más característicos de la España de Zapatero: la excepción se ha convertido en norma. Esto sí que es más español que el gratis total, expresión que, por cierto, viene de un viaje que hizo Carlos Solchaga cuando era ministro en un barco de Transmediterránea. Hay que ver. En los tiempos de mis primeras progresías, antes de cumplir los 20, estaba muy bien visto socialmente hurtar libros y hacerse con discos gratis total en El Corte Inglés. Yo nunca lo hice, aunque debo aclarar que no fue por virtuoso, sino por pusilánime. Pero me tentó mucho uno de los clásicos: "¿Qué es la propiedad?", de Pierre Joseph Proudhon. El autor se respondía que el robo: "la proprieté c'est le vol". En la primera página par decía: "quedan reservados todos los derechos". Recuerdo haberme regodeado en el chiste, pero lamentablemente no saqué conclusiones.


La ecuanimidad obliga a dar a cada uno lo suyo. Por eso, voy a dar un argumento a los enemigos de las descargas: ¿Cómo es posible se pongan estrechos por pagar el canon, si están pagando la conexión de banda ancha más cara y lenta de Europa? Total, por unos céntimos, ¿qué más les da a ustedes?


Recapitulando: soy partidario de que los autores puedan recoger el fruto de su trabajo, pero los avances tecnológicos han simplificado mucho el proceso de acceder a los productos culturales y sus sucedáneos y han hecho mucho más complejo el negocio. Nos guste o no nos guste, ha cambiado el paradigma y debemos sacudirnos los temores de los monjes copistas del siglo XV, de los obreros que se sentían amenazados por las máquinas en el XIX, o de los administrativos que miraban con terror los primeros PC en el XX. Mientras, no es posible que esto se afronte mediante la chapuza legislativa, la excepción, el 'como sea'. 


Negocie el Gobierno con los partidos de la oposición, volviendo al punto de partida. Es gracioso que precisamente un Ejecutivo de Zapatero se haya marcado 'líneas rojas' en este asunto, cuando las ignoró en su negociación con ETA, en las reformas autonómicas y en el Estatuto de Cataluña muy principalmente, en sus iniciativas económicas y, en general en cuanta ocurrencia ha servido para introducir elementos de división y de perturbación de la convivencia en la sociedad española. Vuelvan pues, al principio y tomen la Ley Sinde, si quieren, como la posición del PSOE. No se fijen solo en la parte que conviene del modelo americano, pongamos por caso. Hay sanciones, pero antes está Netflix. Y negocien, actividad que consiste en ceder parte de sus presupuestos para conseguir una aproximación a los del contrario.


A partir de ahí, estos son los míos: búsqueda del mayor consenso para una Ley de Propiedad Intelectual a tono con los tiempos, Reflexión sobre el hecho cultural y su difusión, Replanteamiento de las subvenciones al cine, Eliminación del canon digital, adaptación a la revolución tecnológica que supone Internet. Y entonces, y sólo entonces, definamos sanciones a los portales y a los particulares que incumplan la ley. Si son partidarios, propongan una modificación del Código Penal, tal como hicieron con el Civil, para tipificar como delito o falta las descargas. Mientras tanto, eso no es robar, aunque sí puede ser un ilícito moral. Como lo es cobrar el canon digital, por otra parte.

Hasta aquí llego. Empecé a escribir estas notas para ver si establecía un debate público sobre el asunto con mi amigo Arcadi Espada, que es uno de los pocos españoles con quien se puede discutir a cara de perro sin que se ofenda, pero el día que empecé a publicarlas se fue de vacaciones. Así no hay manera, qué quieren que les diga.


* Última actualización a las 7:54

29 diciembre, 2010

Qué culpa tiene el tomate (IV)




 Mañana terminará esta serie con un repaso a la Ley Sinde y algunas consideraciones en torno a la manera de enfrentarnos a los disparates, según estén a favor o en contra de nuestros intereses. Ánimo, que ya queda poco.



Lejos de propiciar ese debate, el Gobierno ha procedido mediante la improvisación y la chapuza; aquí le ofrezco a mi amigo Arcadi Espada una españolada más genuina que el vicio del gratis total, que solo empata quizá con la siesta y el botijo. En un principio fue la subvención, sobre cuya cuantía en España he aportado un dato: el cine español ingresa más por subvención que por taquilla. No descarto totalmente la subvención. El cine es una aventura cara y de resultado incierto. Por eso los bancos no invierten en películas. Mi alma socialdemócrata y mi corazón de aficionado creen todavía en el papel subsidiario del Estado en materia cultural. Sería una lástima que un escondido talento no pudiera aflorar por falta de medios. Pero la subvención debería ser la última bala para sus beneficiarios. Si el perceptor falla el tiro no habrá una segunda oportunidad y si acierta, deberá reintegrar el dinero percibido a las arcas públicas. No tiene sentido que las películas más rentables en taquilla, sean graciadas por el Gobierno con dinero suplementario

Casi la mitad de las películas que se ruedan cada año en nuestro país no llegan a estrenarse. ¿Tiene sentido que se rueden? Sí, porque es negocio. Hay películas que suman las subvenciones del Ministerio de Cultura, de la Autonomía correspondiente y los derechos de antena de las televisiones, pública española, autonómica y privadas que cubren la práctica totalidad de sus costes. Si además hace buena taquilla, redondeamos el negocio.

Los creadores son un grupo de presión notable. Como los 19 testigos inamistosos de la era McCarthy están dispuestos a arriesgar su carrera y hasta su libertad por la defensa de la libertad de todos. Hagan un experimento recreativo y véanse el agit-prop ‘Hay motivo’, que destacados cineastas españoles filmaron para las elecciones de 2004. Pregúntense cuando harán otro ‘Hay motivo’ a partir de las cifras del presente. El Gobierno reaccionó a las demandas como suele, poniendo en marcha una ocurrencia, y en una primera aproximación creó el canon digital. La compra de cada ordenador, cámara fotográfica, cd, dvd, blue ray, pen drive y material análogo, iría gravada con una tasa especial que se entrega a la SGAE para que esta la reparta entre sus administrados. Son unos céntimos y no servirán para compensar el lucro cesante por las descargas, pero es una aberración sin corregir.

¿Qué está mal del canon? En mi opinión, tres cosas:
1) Su carácter preventivo. ¿Por qué se trata a los compradores de material informático como delincuentes, como si esa compra fuera a ser empleada con toda seguridad para descargarse canciones o películas sin autorización? Al Tribunal Europeo de Justicia no le pareció adecuado. 
2) Su carácter acumulativo.
3) Su falta de equidad. Supongamos que soy un descargador compulsivo y me bajo de la red lo que me interesa ver y lo que no, lo que quiero oír y lo que no y que los ordenadores, la cámara fotográfica, las tarjetas, cd’s y dvd’s que compro no tuvieran otro fin que descargarme  música y películas. ¿Por qué la SGAE puede darle a Miguel Bosé el céntimo que corresponda de un cd que he comprado presumiblemente para bajar una canción de James Brown? Cuando se apruebe la Ley Sinde, ¿se eliminará el canon?
Cuando compro una aplicación informática, pongamos Office, y Microsoft actualiza el software, me ofrece la posibilidad de adquirir el nuevo por un suplemento. Esto no pasa en la industria discográfica. El primer disco que compré con mi dinero fue el LP (así se llamaba entonces) Sgt. Pepper’s de los Beatles. Poco a poco fueron cayendo todos. Llego un día en que la tecnología (y la baja calidad de mis tocadiscos) dejaron inservibles los vinilos. De manera análoga fui comprando los cd’s. Es muy probable que para Reyes decida regalarme todas sus canciones remasterizadas. Será la tercera vez que pago derechos por la misma obra.

A comienzos de este infausto año que termina, leí una entrevista con Manolo Escobar que me pareció interesante por insólita. (Es de esperar que nadie descalifique su opinión en función de sus gustos artísticos. Es un artista que lleva cincuenta años viviendo de esto): 

—Muchos artistas están reclamando el control de las descargas en Internet. Otros, en cambio, las aprueban. ¿Usted qué opina?

—Yo veo bien las descargas. Internet es un fenómeno mundial, global, y no se puede imponer una ley para ponerle freno. Antes la gente compraba mis discos porque les gustaba una sola canción. Ahora esa canción se la pueden descargar y no compran el disco, es verdad, pero bueno, es que estamos en el siglo XXI y no se puede evitar. Lo veo normal. Todos sabemos lo que es la Sociedad General de Autores... en fin. 


—Para usted, ¿lo que hay que hacer es trabajar el disco sobre el escenario dando conciertos y programando giras?

—Es que es lo que hay que hacer. Si a la gente le gusta bajarse las canciones por Internet pues el artista tiene que buscarse el trabajo por otro sitio y punto. Te lo buscas en el teatro, que ahí no entra Internet. 


Internet es un factor que permite a Shakira, por poner un ejemplo, dar conciertos con decenas de miles de asistentes y cobrar por uno de ellos lo que era inimaginable en un artista de su nivel hace quince años. Ya no hace falta organizar un Woodstock, ni ser Julio Iglesias o el difunto Sinatra para atraer al público en las mismas cantidades, pero todos los fines de semana. Ayer vi en una revista de peluquería un reportaje sobre Alejandro Sanz en su casa de Miami, embarcadero y yate propios, algo que probablemente no hubiera tenido antes de Internet. ¿Quiere esto decir que como es rico es lícito robarle? 

No y mil veces no, no caigamos  en el vicio Grandes. Quiero señalar con ello que hay algo de demagogia en las protestas tan enragés de los artistas. Internet permite por el momento que se acceda a su obra sin pagar sus legítimos derechos, pero no son solo perjudicados. También son los beneficiarios de una gigantesca plataforma publicitaria que nadie habría imaginado  hace veinte o treinta años. Ciertamente es necesario regular en lo que se pueda este asunto para proteger los legítimos intereses de los creadores, digámoslo una vez más. Rusia no es el modelo, pero China tampoco. Las improvisaciones, como el canon y la Ley Sinde en el montaje de la directora no son la solución. Hagamos la misma pregunta que ayer: ¿por qué no revisar a fondo, a partir del más amplio consenso, la Ley de Propiedad Intelectual?

Continuará... Y terminará, se lo juro.



28 diciembre, 2010

Qué culpa tiene el tomate (III)





La izquierda siempre ha tenido esquemas simples para explicarse un mundo complejo y en los tiempos de la canción se denunciaba la intermediación que multiplicaba el precio de los productos para el consumidor y retribuía miserablemente al agricultor. Bardem se duele de un proceso que desprecia a quien planta su tomate, a quien lo recoge, (que vienen a ser el mismo. Por otra parte los tomates no se plantan; se siembran) al que los transporta y al verdulero.

Hace mucho tiempo que creo en la intermediación. En la de mi oficio, por ejemplo. Por eso, al leer a Bardem pienso en mi frutera, Sagrario, que tan buen género tiene y a la que profeso un afecto grande. Pienso, sin embargo, que si bastara con darle a un botón para que apareciese un tomate en la nevera en la improbable hipótesis que propone el actor, muy probablemente Sagrario debería cambiar de oficio. Como los dueños de los videoclubes. Es triste, pero es lo que hay. La vida moderna, por otra parte, es un fenómeno complejo, que a veces simplifica enormemente los procesos.

Los cambios tecnológicos tienen esto desde antiguo. Los monjes copistas de la segunda mitad del siglo XV debieron de considerar un mal asunto que un tipo llamado Johannes Gutenberg hubiera inventado un ingenio llamado imprenta que permitía hacer en muy poco tiempo copias de la Biblia que a ellos les costaba hasta diez años de esfuerzos primorosos y capitulares. En el siglo XIX los trabajadores manuales vieron con terror la revolución industrial que amenazaba con sustituir mano de obra por máquinas, por lo que quemaban éstas. Qué decir de lo que supuso la informática para los contables ya en la segunda mitad del siglo XX.

O sea, que la añoranza de los oficios amenazados de extinción no es la parte más inteligente del artículo de Bardem. Hablaremos más tarde de lo que define como ‘robo’, aunque no deben tomarse el término en un sentido jurídico. En el caso que nos ocupa falta el factor de fuerza en las cosas, que es consustancial a este tipo delictivo, según el Código Penal.

Almudena Grandes publicaba en su columna de El País un alegato en favor de la Ley Sinde, “Los empresarios de Internet” escribe con cierta hinchazón, quizá para oponerlos a Julian Assange, que es más filántropo, más Robin Hood, que roba a los poderosos para dárselo a los pobres de Sherwood, nuevo Prometeo que roba el fuego a los dioses para ponerlo a disposición de los humanos.

Un empresario, en cambio, siempre actúa movido por ánimo de lucro. “Los empresarios del Índico”, escribiré a partir de ahora cuando quiera denigrar a los miembros de bandas somalíes que asaltan los barcos. El término ‘piratas’ tiene adherencias románticas desde sus orígenes. ¿Quién es el personaje positivo, el teniente Christian Fletcher o el capitán Bligh? Además, los piratas somalíes ponen en su sitio a tantos depredadores del mar que esquilman su océano.

Almudena tiene una idea de la Justicia curiosa: depende de quien seas te convertirás en alguien que merece su piedad o su cólera implacable. Lo que no se puede hacer con los intereses de los autores sí se puede con el imperio americanos; su empatía (compartible) con los represaliados por el franquismo puede dejar paso a íntimos deseos de eliminación del adversario (“fusilaría cada mañana dos o tres voces que me sacan de quicio”). Naturalmente, ella es contraria a las violaciones, salvo que la ‘beneficiaria’ Fuera una afortunada monjita y el benefactor “un mmm, sudoroso miliciano”.

Recordarán que Almudena Grandes plagió una de las muchas tonterías de la red sobre lo millonarios que seríamos todos los habitantes del planeta si se repartiera el dinero que empleó EEUU en el rescate de la banca. No siquiera reparó en lo evidente: la división de millones por millones no da millones. Pero detengámonos en el plagio, porque es un caso extraordinario: no se trata de alguien que baja de la red una obra de un autor, que la tiene registrada y que aspira justamente a cobrar por su creación. Es, al revés, una autora que se sube la creación del pueblo anónimo que circula por Internet para regodeo de izquierdistas acríticos y analfabetos prácticos. Es Prometea, robándoles la lumbre a los humanos para calentarse un poco en el olimpo. No es Robin Hood, sino justamente el sheriff de Notingham, los pájaros disparando a las escopetas.

Aquella columna le reportó a su transcriptora más de lo que ganan en una semana las dependientas del Corte Inglés, pongamos por caso. No quisiera incurrir en presunciones malévolas, pero estoy dispuesto a aventurar una hipótesis nada temeraria: Almudena Grandes no ha ingresado ni un solo céntimo en las cuentas de alguna asociación de internautas para que revertiera en alguna forma en ese colectivo anónimo que le dio hecho su trabajo de aquel día.

Vaya por delante que no pretendo generalizar; ni ella ni Bardem deben ser vistos como personas que representen la forma de argumentar de los partidarios absolutos de la Ley Sinde. Sí me llama la atención el papel de portavoces que se arrogan y que no es discutido por los demás. Este es uno de los objetivos de estos comentarios: manifestar perplejidad ante el encastillamiento no racional. En el caso de los negadores de los derechos de autor y partidarios sin tasa de las descargas, no tienen portavoces tan destacados. Son una cofradía más vergonzante.

Gente más cualificada que Bardem o Grandes, como Fernando Savater y Arcadi Espada, coinciden en la opinión de que la Ley Sinde les parece suave frente a lo que es sin duda una transacción ilícita. Ellos son partidarios de penalizar al usuario. Y coinciden ambos en citar la Francia de Sarkozy. Este es otro recurso dialéctico que se emplea mucho: no os quejéis del 10% de encarecimiento den el recibo de la luz que más se paga por ahí. También podrían citar el caso de EEUU, donde algunos internautas han sido  condenados a fuertes multas por bajarse material. En EEUU, sin embargo, cualquier internauta puede suscribirse a Netflix y ver todo su fondo de películas por ocho dólares al mes (6,10 €, aproximadamente).

A la hora de las analogías, también debería incluirse que uno de cada dos euros que cuesta una película española es subvención. Woody Allen no salía de su maravillado asombro cuando le dieron 600.000 euros por venir a Barcelona a rodar la peor película de su filmografía. (o sea, que la subvención no añade talento). Los contribuyentes españoles hemos pagado algo más de la mitad de cada película antes de su estreno, antes de decidir si vamos a verla. En 2008, los ingresos por subvenciones superaron a los ingresos por taquilla*. Esto no hace legítimas las descargas no autorizadas, que quede claro, pero sí debería formar parte de una revisión a fondo, con un debate previo, de la Ley de Propiedad Intelectual.

* Si alguien puede aportar los datos de 2009 sería de agradecer. Yo no los he encontrado.

27 diciembre, 2010

Qué culpa tiene el tomate (II)



Nunca me he bajado una canción de Internet. Tengo una cuenta Premium en Spotify que me cuesta nueve euros al mes y me permite oír la música que quiero cuando quiero en un equipo Sonos, además de en el iPhone y en el iPad. Creo que esto es perfectamente legal y sin embargo soy consciente de que no contribuye a garantizar el futuro de las tiendas de discos ni el trabajo de sus empleados. He dejado de comprar discos. El último cd que compré de músicos españoles fue ‘Mucho más que dos’, de Víctor Manuel, Ana Belén, Miguel Ríos y toda la basca. Por lo que cuesta un disco de Miguel Bosé o de Ramoncín, he oído en estos dos meses a los Rolling, Aretha Franklin, Dionne Warwick, Bruce Springsteen, Getz y Gilberto, Beethoven, Mozart, Bach, Vivaldi y Verdi, que recuerde a bote pronto. No he oído ninguna canción de Alejandro Sanz, aunque no descarto oír algún día Corazón partío o Lola Soledad y espero que ese mes ingresen en su cuenta los centimillos de la parte alícuota de mi recibo de nueve euros. Pero no pagaré veinte euros en la tienda por el cd completo.


Sí compro libros, en cambio. Sólo una vez me he bajado uno de Internet para una consulta, porque no encontraba el ejemplar que compré en la librería. Se trataba de ‘España, República de trabajadores’, de Ilya Ehrenburg. Tengo en casa dos enciclopedias que donaré al centro cívico de mi barrio o a quien quiera cargar con ellas. Mi mujer combate con tenacidad mis querencias fetichistas por los libros y me ha convencido de la conveniencia de deshacerme de unos cuantos volúmenes. Antes citaba de memoria. Para la exactitud del entrecomillado, recordaba el libro y el lugar que ocupaba en la página el texto deseado. Ahora basta Google. Esto seguramente vulnera derechos. Este mismo blog tiene fotos, links, videos de youtube. No comercio con él ni cobro un céntimo por leerlo, pero podría llegar a ser declarado ilegal, como todos los blogs.

Tengo aproximadamente un millar de películas entre vídeos y dvd’s. He comprado muchas de ellas, una parte importante en las promociones de los periódicos, y las demás las he grabado de televisión. ¿Es esto un fraude a los creadores de las películas?¿Debería bajar al videoclub de mi barrio –al menos hasta que lo cierren-para alquilar un dvd cada vez que quiera ilustrar un artículo con alguna ocurrencia de Billy Wilder, Woody Allen o Howard Hawks? Fui también cliente ocasional de los videoclubes que abrieron y cerraron en mi barrio y testigo del paso de las películas al cajón de los saldos a medida que las daban por televisión. Nunca aconsejaría a un parado que invirtiera su seguro de desempleo en la apertura de un videoclub.

En mi trabajo me veo ligeramente afectado por las descargas ilegales y no descarto que la afección sea más severa en el futuro. Me explico: Ocasionalmente he escrito guiones para el cine, aunque no creo que las descargas que se han podido hacer de esas películas hayan alcanzado un volumen tal que me hayan causado un daño patrimonial apreciable.

Los periódicos viven una crisis grave hasta el punto de que nadie cree que dentro de quince años la prensa va a ser como hoy. En realidad sufren dos crisis: la económica que padecemos todos, y la de Internet. Al principio fue la prensa gratuita. Para todo periodista era deprimente viajar en metro. El ratio prensa gratuita/prensa de pago era de 10 a 1 aproximadamente. Ahora sufre la misma crisis que la de pago.

Luego vino Internet. No es el mismo caso que el de las descargas ilegales, porque fueron los propios periódicos los que abrieron parte de sus contenidos a los internautas. El diario en el que escribo, por ejemplo, no permite la lectura gratuita de los artículos de opinión. Sin embargo, artículos míos y del resto de mis colegas de El Mundo circulan por la red de forma no autorizada.

Creo que poner en la red películas o canciones sin la autorización de sus legítimos propietarios debe ser un delito, quedar tipificado como tal en el Código Penal y perseguido en consecuencia. Ciertamente no se trata de intercambios de ficheros entre amigos, como proclaman los sofistas de las descargas, pero hay en sus contrarios algunas afirmaciones que me gustaría comentar.

Javier Bardem es un gran, grandísimo actor, pero no es Zola, por más que el hábito del abajofirmantismo tan en boga entre nosotros, le haya atribuido la condición de intelectual engagé. El viejo cachivache de ‘la alianza de las fuerzas del trabajo y de la cultura’, el único hallazgo conceptual que nos dejó el eurocomunismo.

Recuerdo a Bardem gritando aquella consigna contra la guerra de Irak: “Esto nos pasa por un Gobierno facha”. Entonces no nos pasaba nada todavía. El Gobierno había enviado un buque hospital que llegó a Irak después de la caída de Sadam Husein. Nos pasó después, según los creyentes en la teoría de que los atentados de Madrid fueron una respuesta de AlQaeda. Luego, ya con el Gobierno que retiró las tropas de Irak para mandarlas a Afganistán, hemos tenido 94 bajas entre nuestros soldados, pero esa es otra historia y necesitaría otro eslogan.

Admiro su trabajo como actor. Como también creo en la especialización, esta admiración por su capacidad interpretativa no puedo extenderla a su capacidad intelectual, a juzgar por el artículo por él firmado que enlazo más abajo. Algunos de entre ustedes me reprocharán, con razón, que estoy argumentando ad hominem, pero no es gratuito. Es una anotación al margen que creo pertinente. Esta es una de las razones por las que los artistas tantas veces abajofirmantes tienen a gente predispuesta en contra. Casi la mitad de los votantes (y clientes potenciales) se han sentido ofendidos en algunos actos de los artistas de la ceja. Uno de ellos inventó el cordón sanitario. Es un mal principio. El catón de todo el que aspire a vender algo, no importa qué, empieza con un mandamiento inquebrantable: “nunca insultes a un cliente”.

Por otra parte, tienen un representante sumamente antipático: la SGAE. Algunos de los excesos a que le lleva su voluntad recaudadora son ofensas al sentido común: colar a sus agentes en las bodas para espiar si se pone música, cobrar derechos al Ayuntamiento de Zalamea por representar el drama que lleva el nombre de su pueblo. ¿Debería demandar el alcalde de ese municipio a la SGAE por el uso del nombre del pueblo? Groucho Marx escribió una hilarante carta a la Warner Bross cuando quisieron demandarles por 'Una noche en Casablanca', basándose en el hecho de que ellos tenían registrado el título en la película de Curtiz.

El caso es que Bardem escribió un artículo en El País el pasado día 24. La versión web del diario lo tituló ‘El botón mágico’, aunque en la versión impresa cambiaba el título por otro más enfático: ‘Dejémonos de estupideces, ¡es robar!’, extraído de las penúltimas palabras de la pieza:

“Dejémonos de estupideces: eso es robar. Es la orgía del crimen, la bacanal de violaciones a  terceras personas”.

¿Orgía, bacanal, violaciones?¿Terrorismo informático? Comienza Bardem su artículo con un tomate que es un ejemplo canónico de analogía desdichada. La izquierda de cuando Bardem era niño cantaba una canción de Quilapayún que se titulaba ‘El tomate’, una declaración de principios a favor de los vegetales y radicalmente contraria a los intermediarios y a la industria manufacturera:

“¿Qué culpa tiene el tomate
que está tranquilo en su mata
de que venga un hijoputa
y lo meta en una lata
y lo mande pa’Caracas?



Continuará...



26 diciembre, 2010

Qué culpa tiene el tomate (I)






Tengo la sospecha de que estamos ya instalados en la polémica banal de los próximos meses: la batalla de todas las descargas. No quiero decir que este sea un asunto banal para los autores que sufren un quebranto en sus muy legítimos derechos porque sus obras son ofrecidas gratuitamente al público por marchantes no autorizados. Lo que es banal es la polémica que sustituye al necesario debate sobre los derechos de autor, a la necesaria reforma de la Ley de Propiedad Intelectual que el Gobierno no ha afrontado en los seis años y medio que lleva en lo suyo. Son banales, sobre todo, algunos de los argumentos que se arrojan de una trinchera a otra. 

A lo largo de los próximos días voy a tratar de desgranar observaciones, argumentos, críticas que me gustaría proponer como elementos para el debate. Me gustaría encontrar argumentos cruzados, que hubiera internautas que colocaran entre sus preocupaciones los derechos del autor y creadores que consideren, por ejemplo, que el canon digital fue una chapuza impresentable e indigna. Valdría, incluso que lo considerasen ahora después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea lo declarase ilegal. Es esperanza vana. Una de las dos Españas es partidaria de tirar al niño con el agua sucia. La otra prefiere obligarnos a beber el agua después de bañar al niño.

No hay que esperar demasiada coherencia. Quienes hoy son abanderados de la lucha contra la piratería y claman, a veces razonadamente, contra la apropiación ilegal del trabajo ajeno, pueden ser los mismos que consideran a Julian Assange un héroe de nuestro tiempo por la sustracción y venta de los papeles de Wikileaks y antaño maldijeran, también razonablemente, al traidor Perote, ¿recuerdan? Pues vayamos a ello.

Todo español que se precie (yo mismo) lleva en su macuto la cita machadiana “españolito que vienes”. Es la prueba de la existencia de dos Españas, porque naturalmente, la que va a helarnos el corazón es siempre la de los otros. Necesitamos un pretexto y se está perfilando uno perfecto para alimentar nuestras bajas pasiones en el asunto de las descargas no autorizadas de música, películas, libros, que en España adquiere proporciones enormes: somos uno de los países en el que más se piratean productos culturales del mundo. El hecho es impresionante si tenemos en cuenta que quien barre en televisión es el belenestebanismo y que su sacerdotisa suma ha pasado de los arrabales de la prensa rosa a ser portada de publicaciones de prestigio. Por lo que a nosotros respecta, Finkielkraut era un optimista cuando escribió ‘La derrota del pensamiento’.

Antes que nada deberíamos hacer una previa declaración de principios, posiciones e intereses. Soy periodista y me gusta el cine. Mis columnas están muy a menudo salpicadas de citas cinematográficas, más que literarias. Me gusta ir al cine. Me ha gustado siempre y voy estando mayor para cambiar de gustos. Nada hay comparable a la sala oscura, no, desde luego el dvd visto en el salón de casa o la copia pirata en la pantalla del ordenador. Me gustaría seguir yendo al cine de por vida, pero no estoy seguro de que pueda. Todo ha empezado a cambiar. Los cines se han convertido en minisalas de centros comerciales, adonde tienes que ir ya hoy si quieres ver una película. Ya no es lo mismo, pero ni siquiera podemos estar seguros de que esto dure.

Confieso que alguna vez me bajo una película, generalmente para rescatar alguna descatalogada o para reproducir textualmente una cita que me viene bien para un artículo. En este segundo caso se trata de películas que ya he visto en el cine o en televisión, como es obvio. Mi amigo Arcadi Espada considera, con Savater, que la Ley Sinde era muy blanda y que habría que penalizar a los usuarios como se hace en Francia o como se hace en Suecia con los puteros. Los cito porque son dos de las personas que más respeto intelectual me merecen. Y sin embargo Espada se pone en este asunto estupendamente apodíctico: Hace muy pocas semanas, con motivo de su nombramiento como director del Instituto Ibercrea, Blanca Berasátegui le hizo una magnífica entrevista en El Cultural.  Sin embargo, en el primer lance se desliza con una afirmación muy gratuita: “Espero que ese gusto español por lo gratuito -en todos los sentidos- se convierta pronto en un tópico. En una españolada.

En realidad quiere decir que es ya una españolada. Se trata de que masivamente se considere como tal, que se desprestigie esa supuesta debilidad autóctona por la gratuidad. La definición me parece relevante porque revela una cierta incomprensión de lo que pasa. En todas las facultades de Ciencias Económicas del mundo se estudia en los primeros días del primer curso que preferir lo barato a lo caro es un principio de racionalidad que rige las actuaciones del homo economicus. El consumidor no compra para hacer justicia social, ni para hacer patria, sino atendiendo al criterio básico de maximizar su utilidad. Un consumidor racional, prototipo del agente económico, preferirá lo bueno a lo malo y lo más barato a lo más caro. (Sí creo que difundir material cultural sin la autorización de sus legítimos propietarios, debería ser un delito, pero esta es una discusión que nada tiene que ver con la españolada. Ya llegaremos).

Continuará...


25 diciembre, 2010




Ostra, remera de primera clase con palas de ébano, ha dedicado buena parte del año a componer este belén, figura a figura, con todos y cada uno de los remeros que alguna vez dieron una palada en esta nave. Ningún motivo podría expresar mejor este cruce de ideas, denuestos, opiniones y alguna que otra extravagancia. Para ver con más detalle la felicitación basta pulsar dos veces la imagen.

Muy feliz navidad a todos. Que sepan que les quiero, incluso a los que me dan disgustos.

24 diciembre, 2010

El villancico de Revilluca

 

La noticia es que esta noche es nochebuena y mañana, Navidad. Las Navidades es lo que tienen, esta marea incontenible de buenos deseos a plazo fijo. La experiencia nos dice que tienen una fecha de caducidad muy breve, pero como desde hace ya mucho tiempo  hemos sido más integrados que apocalípticos, optamos por sumarnos a ella, ya que, por otra parte, nuestros deseos de resistir serán perfectamente inútiles. Zapatero abrazó a Rajoy, no les digo más. Nos quedan Gabilondo y los airados  sindicalistas murcianos para explicarnos quiénes son los vagos y los responsables de la crisis, pero es de desear que cedan también a los buenos deseos universales.  Entre los políticos, destaca la original felicitación del presidente de Cantabria cantando, nada mal, por cierto, un villancico lugareño. Mañana más.

23 diciembre, 2010

¿Qué pensará Rufi de esto?









Han pasado dos días desde el atraco de ETA en Lyon, en el que robó material informático para la fabricación de documentos. El dato que esperaba ayer la información de El País ya se ha producido, según podemos ver en la segunda portada de El Correo, correspondiente a hoy, jueves:






El asunto es que Batasuna sigue sin decir ni mú. Los muñidores de 'El proceso de paz rides again' habían anunciado que ETA haría un comunicado definitivo de abandono de las armas o, en caso contrario, Batasuna rompería con la banda terrorista. Pues bien, 48 horas más tarde, no se oye todavía ni una tos en las filas arnaldas. Las dos aseveraciones de Rufi Etxeberria en el primer titular han sido falsadas. Lo inminente no ha sido la paz, sino un atraco que revela justamente lo contrario: la voluntad de ETA de perseverar en lo suyo, intención que, por otra parte, está en todos sus comunicados. Y la promesa de no fallar, lo mismo.

Habrá un comunicado en los próximos días o semanas. ¿Mensaje de Nochebuena, como el Rey o lo dejarán para el día de los Santos Inocentes?¿Se tomará el Gobierno la molestia de responder al comunicado, aunque sea para decir "no es suficiente"?



22 diciembre, 2010

En espera del comunicado






Ayer, un comando de ETA robó cerca de Lyon  material para poder falsificar identidades. El mundo, (no el periódico) en vilo a la espera de la reacción de Otegi. Se espera también con mucho interés la explicación de Jesús Eguiguren sobre el asunto, ya que fue él quien primero anunció un comunicado definitivo de la organización terrorista para Navidades. Sabemos qué quiere decir 'Navidades', también sabemos qué cosa es un comunicado. Ahora ya sólo falta conocer el significado de 'definitivo'.


Esta vez el Gobierno se ha mostrado mucho más cauto que hace cuatro años, cuando la tregua de ETA del 22 de marzo fue precedida y seguida por un impulso presidencial que ni siquiera terminó en la T-4. Ahora es sólo Jesús, el verso suelto, acompañado por un periodista voluntarioso y el inevitable portavoz del PNV quienes tratan de empujar con palabras un proceso que choca empecinadamente con los hechos, pero hay gente que no se resigna a haberse equivocado en el anterior proceso de paz y están dispuestos a demostrar ahora que entonces ya estaban en lo cierto.Si la memoria histórica permitió que la guerra civil la ganaran los buenos 70 años después, ¿cómo no nos va a permitir modificar unos hechos que están ahí, a la vuelta de la esquina?


El primer titular es que aparecía esta mañana en la portada de El Correo. Es segundo, coincidente, es el que esta mañana muestra en su versión on line el periódico nacionalista 'Deia'. Ninguno de los dos muestra duda alguna sobre la autoría. El diario El País es otra cosa. Francia indaga, dice, en un titular que recuerda las dudas del ministro Rubalcaba sobre la autoría del robo de las pistolas en la armería de Vauvert, no disipadas hasta que la Policía francesa se lo atribuyó casi un mes más tarde. El ministro insistió en las consecuencias que Zapatero había anunciado:


Pérez Rubalcaba no quiso adelantar cuáles serán las anunciadas «consecuencias» que tendrá la confirmación por parte de las autoridades galas de que fue ETA la que robó el pasado octubre 350 pistolas en un almacén de la localidad gala de Vauvert. «Robar pistolas es un acto de violencia y estamos en un proceso de abandono de esa violencia, un proceso democrático que es incompatible con la violencia. Sin duda va a haber consecuencias, aunque habrá mejores momentos para explicarlas», señaló el ministro, que sólo anticipó que los etarras que asaltaron el arsenal «responderán de su acto frente a los tribunales».
Todo aquello trajo consecuencias un mes más tarde, en la T-4. El Gobierno siguió negociando después de la furgoneta-bomba. Casi cuatro años más tarde, ETA mató al gendarme Jean Serge Nérin con una de aquellas pistolas de Vauvert. ¿Qué quería decir 'incompatible'?

El País ha titulado hoy de manera preventiva, quizá a la espera de que se ocupe su especialista. Pero hay una cosa muy notable. La información del diario de Prisa se basa en una información de la Agencia Vasco Press, de toda credibilidad. También El Correo incluye un 'despiece' con la información de Vasco Press. La autoría es inequívoca ya desde el titular: "Diez asaltos en ocho años", todos con "similares características".








21 diciembre, 2010

Nueve legislaturas



El Gobierno presentará el 28 de enero la reforma del sistema de pensiones que, según explicó ayer el ministro de Trabajo, va a alargar en dos años la vida laboral y ampliar gradualmente, de 15 a 25 los años del cómputo para fijar la cuantía de la pensión.

La reforma no es uno de los misterios gozosos del rosario como ayer parecía creer el Número 3, Marcelino Iglesias. La reforma de las pensiones es la esencia del socialismo. Pero es una medida inevitable en el punto al que hemos llegado. Por eso no tiene sentido que el PP haga muchos pujos para mostrar su sensibilidad social. Nadie, salvo quizá Tomás Gómez, podría hacer otra cosa.

¿Recuerdan ustedes las cosas que se dijeron del gobernador del Banco de España por anticipar esto hace año y medio? El ministro de Trabajo, el gran Celestino Corbacho, Méndez y Fernández y José Blanco, a quien no le parecía un problema actual. Soraya Sáenz de Santamaría declaró entonces que el Gobierno tendría que hacer algo, que no podía repetirse siempre lo de 1996, que el Gobierno entrante tuvo que pedir créditos para apuntalar aquella ruina. Bueno, pues ahora, lo socialista y lo progresista es lo que reclamaba MAFO en abril de 2009 y por lo que le poníamos a parir. ¿Qué es socialismo, me preguntas? lo que hacemos los socialistas, se hace camino al andar.

Marcelino ya había dado muestras de lo que da de sí su memoria al no saber fijar el año de la Marcha Verde. ¿Qué estaría haciendo él en octubre y noviembre de 1975? pero esto debe ser producto de la aceleración histórica. El ministro Valeriano mismo participó el 29 de septiembre pasado en una huelga general contra los recortes que un mes después iba a impulsar. No sabemos si participará en la huelga general que para enero están ensayando CCOO y UGT. La diputada López i Chamosa probablemente lo haga, aunque a ella le han bastado siete años, la mitad de lo que lleva de diputada para acceder a la pensión máxima, aunque dejara de trabajar mañana hasta los 65. A un ciudadano normal, perfectamente alfabetizado, le costaría nueve legislaturas de cotizaciones poder jubilarse a los 65.

Tenía razón MAFO el año pasado. No sé cuál es el recorte más adecuado, doctores tiene la Santa, pero antes de alargar la vida laboral dos años se haría muy bien en subirla de manera efectiva hasta los 65. Ahora está a los 63 y sin contar las prejubilaciones colectivas. Por ejemplo, los 8.500 trabajadores de RTVE que fueron enviados a sus casas a los 52, los de Telefónica, los de las Cajas de Ahorros y así, que bajan la media real hasta los 60. ¿Qué es igualdad, me preguntas? Hablando de igualdad, en el Congreso, sólo UPyD ha propuesto revisar las condiciones de jubilación de diputados y senadores, con el fin de armonizarla con la que van a imponer por ley a sus conciudadanos. Por cierto, el partido al que pertenecía Rosa Díez hizo la misma propuesta en el Parlamento vasco en 1990.

No parece que vaya a prosperar. Hoy es posible que alguien que no haya trabajado nunca sea elegido diputado a los cuarenta años. Esto es perfectamente posible en la España de Zapatero. Como dice Joaquín Leguina: "entre todos los dirigentes de mi partido no llegarán a sumar seis meses e cotizaciones a la Seguridad Social". Tras dos legislaturas, nuestro diputado imaginario vuelve a sus quehaceres anteriores y al cumplir la edad de jubilación percibirá la pensión máxima.

La igualdad era una fantasía bibiana.



20 diciembre, 2010

Un desmentido parcial



El Ministerio del Interior desmintió ayer la información que publicaba ese mismo domingo el diario El Mundo en los términos que la propia nota de Prensa del Ministerio reproduce. Hoy, el citado periódico se hace eco del desmentido con una información en la primera página de la sección España, que titula: "Interior dice que Rubalcaba no lo ordenó, pero no desmiente nada".

No es exacto. Interior desmiente rotundamente el titular de El Mundo. Lo que no desmiente es el fondo del asunto. De hecho, la forma del desmentido hace suponer que alguien dio la orden en lugar del ministro, salvo que los organismos públicos se autogestionen. Habría bastado añadir: "Ni los servicios de inteligencia han interceptado las comunicaciones de los controladores aéreos". 

19 diciembre, 2010

El asalto a la razón


Hace ya casi treinta años que Miguel Vidal Santos me recomendó una novela esencial: 'Un juicio de piedra', de Ruth Rendell. Los remeros interesados quizá puedan encontrarla hoy bajo el título 'La ceremonia', el mismo que lleva la película que Claude Chabrol hizo sobre el libro de Rendell. El comienzo es el resumen de la historia: 
"Eunice Parchman asesinó a la familia Coverdale porque no sabía leer ni escribir".
Allí se cuenta la terrible historia de una analfabeta a contrapelo de una sociedad en la que toda comunicación está atravesada por la palabra escrita. Eunice Parchman fue una niña sin escolarizar por haber sido desplazada durante la segunda guerra mundial. Ella llevaba mal la peor de las minusvalías, sobre todo porque entra a trabajar como sirvienta en casa de los Coverdale, universitarios, cultos, finos. Los mata cuando están a punto de descubrir su gran secreto.

Eran otros tiempos. Los analfabetos tenían un sentido del decoro, un cierto pudor que les llevaba a esconder su insuficiencia con empeño y perseverancia. Hasta el crimen, podríamos decir en el caso de nuestra patológica heroína. Ahora todo es muy distinto. El socialismo realmente existente se ha aplicado a la abolición de las barreras culturales impuestas por el elitismo de las clases altas. Vean el caso de la señora López i Chamosa, que lleva 14 años como diputada por el PSOE, partido del que es portavoz en la Comisión del Pacto de Toledo.

El reciente debate sobre el límite de la edad de jubilación dio ocasión a la veterana diputada de mostrar algunas de sus incapacidades expresivas que le fueron afeadas en la red.  He aquí su explicación:
Isabel López Chamosa dijo...

Bueno, me alegro muchisimo que nuestra juventud esté tan bien preparada y sin faltas de ortografia, porque eso es bueno para el país, pero lamento que tengan tan poco talante democrático como para no tolerar la opinion diferente, y que toda su critica se base en que he puesto palabras mal escritas. Si se lee bien se entenderá enseguida que ha sido al hacerlo desde el escaño y con rapidez. Quiero decirles a todos los que se creen mas preparados que yo que me alegro mucho por ellos y que cada cuatro años todos tenemos la oportunidad de presentarnos a las elecciones, es decir, sometermos a la voluntad de los ciudadanos. Ellos con su voto nos ponen a cada uno en su lugar.
Por otro lado quiero agradecer a todos los que ponéis vuestros comentarios en un sentido o en otro vuestras aportaciones, porque soy de las que piensan que en el debate salen las buenas ideas y los mejores acuerdos. Y a los que tienen tanta cultura y son tan perfecto, decirles que no se mezclen con las obreras como yo: vosotros no perdéis nada y yo sigo feliz cumunicando con los ciudadanos que por encima de todo nos respetamos los unos a los otros.



Como ella dice: "Si se lee bien se entenderá enseguida  que ha sido al hacerlo desde el escaño y con rapidez". Normal, las prisas, pero si examinan ustedes el asunto con algo más de rigor conceptual que la derecha, atenta sólo a descalificar a los representantes del Pueblo, verán que no hay para tanto. Ella es 'portavoz' y en la tradición oral no se notan las faltas de ortografía. Por otra parte, ya está bien de señoritismo. A ver, pongan ustedes en la 2 una entrevista con Vargas Llosa y en Tele-5 un programa de Belén Esteban y luego me cuentan cuál de los dos tiene más audiencia.

Esto lo sabe el líder máximo. El pasado 9 de junio, durante el acto conmemorativo del centenario de Pablo Iglesias como diputado, el secretario general del PSOE recordó sus comienzos parlamentarios, cuando fue el diputado más joven de la Cámara tras las elecciones de junio de 1986.

Contó que tras ganar él mismo su acta de diputado por primera vez (como en 1910 lo hiciera Pablo Iglesias, no sé si pillan) vivió una anécdota que consideró muy representativa del sentido de responsabilidad de los diputados socialistas: al votar la investidura de Felipe González, su compañero de escaño había recortado medio folio en el que había escrito “SÍ”, para no correr el riesgo de equivocarse en la votación.

Ya había entonces chamosos y chamosas en el grupo, pero esto no es un desdoro en el belenestebanismo ambiental. Es sentido de la responsabilidad. Observen en el video que la diputada López i Chamosa comparte en alto grado la virtud del jefe de repicar las campanas y encabezar la procesión a un tiempo, soplar y sorber: Ella defiende como portavoz el retraso de la edad de jubilación, pero anuncia que asistirá a la manifestación de UGT para protestar por ello. La síntesis de Belén Esteban y Valeriano Gómez es el centauro de nuestro tiempo.

Hagan el experimento recreativo de asomarse a los comentarios de las páginas web que hablan de esta señora y vean el liderazgo intelectual que puede establecerse enarbolando el analfabetismo funcional como bandera. Cuántos argumentos en plan: ¿y qué? Prefiero las faltas de ortografía que Pujalte, que además, es del Opus. And so on.

"El PSOE es el partido que más se parece a España", dijo el líder máximo de esta Liga de los Sin Bata. Efectivamente.




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Una historia eurovisiva






Arcadi Espada contaba ayer en su Correo Catalán de El Mundo una historia magnífica nacida en una sosegada conversación del periodista con un gran tipo: Ramón Arcusa. El de El Dúo  Dinámico, el compositor del legendario 'La, la, la', una canción que aupó simultáneamente a dos estrellas en Eurovisión: Joan Manuel Serrat, que se negó a cantarla en castellano y Massiel, que se hizo con el triunfo en el certamen. 


El de Espada es un artículo excelente y Ramón Arcusa es uno de los nuestros, podemos decir con todo rigor, porque es remero ocasional de esta nave desde hace ya algún tiempo.